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Resulta altamente improbable que Juan Hormaechea, fallecido el 1 de diciembre del año pasado, pueda reunirse con alguien veintiséis días más tarde, desee que los Reyes Magos «traigan mucha salud para todos» o haga referencia, mediado el mes de enero de 2021, al primer elefante ... africano de tercera generación nacido en Cabárceno. Pero nada es imposible en estos tiempos de alta tecnología y notable presencia en las redes sociales. Es ahí donde el expresidente de Cantabria y exalcalde de Santander mantiene una existencia virtual. Su página de Facebook continúa activa, ya que «él así lo deseaba», y quien ha tomado el relevo se queda «con el mandato de que su llama no se apague nunca». La memoria de los muertos -allá llegaremos- se conserva de muy diversas maneras, aunque, afortunadamente, Microsoft ha abandonado un proyecto para hablar con ellos porque «era demasiado perturbador».
Los difuntos, como los vivos, cuentan relatos diferentes. El Cid -no sé si en los actuales planes ministeriales de deseducación se enseña a los jóvenes estudiantes quién fue Díaz de Vivar- ganó una batalla después de muerto, según la fantástica leyenda que nos contaban de niños. Otros personajes solo alcanzaron la fama y el reconocimiento desde la tumba, como Copérnico, el clérigo que expulsó a la Tierra de su lugar central en el cosmos, en una época en la que la Inquisición admitía pocas bromas; o Kafka, uno de los creadores más influyentes de la literatura universal -el término 'kafkiano' es sinónimo de lo absurdo, lo grotesco y lo angustioso-, quien ordenó la destrucción de sus manuscritos sin que atendieran sus deseos. En la amplia relación de los poco valorados en vida se incluyen los pintores Van Gogh, Gaughin, Vermeer, Monet y El Greco y los escritores Melville, Nietzsche, Poe, Shelley o Collodi.
Pero aquellos que triunfaron en sus profesiones cuando tocaba, convirtiéndose después en los más ricos del cementerio, siguen incrementando su fortuna, y aunque supongo que a ellos les da lo mismo, es seguro que a sus herederos, no. La mayoría, al decir de la revista 'Forbes', son gente del espectáculo. El líder indiscutible de esta clasificación es el cantante Michael Jackson, muerto hace doce años, con unos ingresos de 48 millones de dólares anuales. En la lista, junto a Elvis Presley, Bob Marley, John Lennon, George Harrison o Freddie Mercury, figura también el historietista Charles Schulz, padre de Charlie Brown y el perro Snoopy; Arnold Palmer, el golfista más admirado por Seve Ballesteros; el baloncestista Kobe Bryant y la actriz Marilyn Monroe, fallecida hace casi medio siglo, entre otros. No está Maradona, el futbolista a quien le pareció que sesenta años de vida eran suficientes.
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