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Este viejo olor encuadernado del libro viejo

Artesanos santanderinos obran el milagro de dar una nueva vida al tomo malherido por el tiempo

Viernes, 1 de octubre 2021, 07:16

Hubo un tiempo, con pocos años, en el que procuré aprender de todo y no fui maestro de nada. Desde que tengo memoria he estado ... rodeado de libros. No recuerdo cuál fue el primero de mi entera propiedad, además de los de iniciación a la lectura y la escritura en parvulines, primero, y parvulones, después, los curiosos nombres utilizados en la escuela pública Menéndez Pelayo para designar las aulas de aprendizaje de los más pequeños, pero mi devoción por el libro fue más allá de la contemplación como sujeto pasivo, el de lector, ya de por sí importante, sino el de conocerlo lo más profundamente posible, y asistir, si me era dado, a los pasos que se siguen desde que el escritor entrega el manuscrito hasta que llega al público. Descubrí que la vida de un libro se divide en cuatro etapas básicas, aunque no únicas: nacimiento, uso, deterioro y resurrección.

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