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Los elegidos por el pueblo que les paga, residentes eventuales en la noble casona de la calle Alta, no se ofendieron porque no estaban. Hay que entenderlo. Las siete de la tarde es una hora excelente si se aprovecha el tiempo tomando vinos con los ... amigos, por ejemplo, y no se desperdicia en uno de esos coloquios científicos tan aburridos. Puede ser la razón por la que nunca vemos a diputados regionales en este tipo de debates, ni siquiera si el acto lo organiza el Parlamento, se celebra allí mismo, en el patio, el futuro de Cantabria sea el motivo del encuentro y participen cuatro destacados investigadores. Sin embargo, aunque el mal ejemplo lo agravara una inaceptable falta de respeto –el vocerío desde el interior del edificio obligó a frecuentes interrupciones–, la definición de «Parlamento verdulero», vertida desde algún lugar entre el público, fue excesiva.
Cuando nuevos hechos relevantes confirman que la investigación en Cantabria está a la altura de los mejores, y la primera Ley de Ciencia entra en su recta final, no deja de ser preocupante el desinterés general de los parlamentarios. Hago alusión a las ausencias censurables de hace unas fechas porque la apuesta por la ciencia es tan vital que nos va todo en ello. La ley, cuyo objetivo final consiste en blindar una financiación adecuada en el presupuesto regional –el tres por ciento en 2027– supone un salto adelante, si bien es conveniente que los legisladores se sumen, convencidos, a las innegociables causas de la vida y el conocimiento, en las que Cantabria tiene mucho que decir. Es probable que algún diputado desconozca nuestro gran nivel en áreas concretas y las soluciones que la ciencia ofrece, pero la condición básica para explicárselo es que esté presente.
El Instituto de Física de Cantabria estudia desde Santander el otro universo, el de la materia oscura, y lidera la misión de la Agencia Espacial Europea en su búsqueda. Un acierto del Ateneo, la Biblioteca Central y el Café de las Artes, entre otros, ha sido el acuerdo con el IFCA para acercar la ciencia al ciudadano mediante charlas divulgativas expuestas en un lenguaje asequible. Quienes asisten tienen la oportunidad de conocer y preguntar a los investigadores integrantes de las colaboraciones internacionales que hallaron el bosón de Higgs, midieron la masa del W o detectaron las ondas gravitatorias; a los que van a la caza del neutralino, revolucionan las técnicas médicas, hacen análisis pioneros sobre Marte o crean el mapa mundial del cambio climático. El Instituto de Hidráulica y el IFCA son dos joyas que no sé si valoramos en su justa medida.
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