Vital Alsar, una balsa y tres galeones

Si la Kon-Tiki (1947) navegó por el Pacífico, desde Sudamérica (Perú) a la Polinesia (archipiélago de Toamotu), casi por el ecuador, el cántabro Vital Alsar, junto al francés Marc Modena parte desde Guayaquil, en una balsa artesanal muy parecida a la de Thor Heyerdahl, hacia el continente australiano con 'La Pacífica' (1966). Fue en una derrota más al sur y con muchas más millas por la proa, cuando entendió que a los seres marinos también había que considerarlos. El teredo o bruma fue la que ocasionó su naufragio. Conocido el problema y resuelto, con el mismo espíritu que le caracterizaba, vuelve a intentar la travesía del Pacífico Sur con 'La Balsa' (1970), y llega a Australia (Mooloolaba). Embarcación que fue donada a Santander y almacenada muchos años en una finca de la Diputación Provincial, y gracias a las gestiones personales de Paco Cuadra se integró en el espacio de la península de La Magdalena, época en la que fue remozada por los hermanos Pompeyo. Con el tiempo fue deteriorándose y hubo que intervenirla, y se hizo una reproducción de los troncos y otros elementos en poliéster y fibra de vidrio.

Reincidente en su travesía, demostró que la anterior no fue casual, volvió a cruzar el Pacífico (1973) hasta arribar a la Ballina (Australia), ésta vez con tres balsas: 'La Guayaquil', 'La Mooloolaba' y 'La Aztlán'. Todas se quedaron en Australia y forman parte del museo Naval y Marítimo en Ballina (Nueva Gales del Sur). Así culminaron sus expediciones en balsa.

En 1978, decidió recordar a Francisco de Orellana. Construyó tres embarcaciones en el Alto Amazonas sobre un modelo de galeón, navegó por el río Amazonas, atravesó el Atlántico hasta llegar a Santander, donde fueron remolcados por los pesqueros de Chele Barandica para arribar a la bahía. Nuevamente, tiene el gesto y dona las tres embarcaciones a la ciudad. Quedaron varadas en el puerto de Marina del Cantábrico.

Balsa y galeones en tierra, mientras tanto Vital Alsar ruñaba y ejecutaba nuevos proyectos, como el de la nao 'Marigalante', un símil de la embarcación de Juan de la Cosa, con la que llegó a Santoña (1987) desde México, en otro nuevo guiño a su tierra y a sus navegantes.

En 1982-83 se creó en el Restaurante Machichaco la Asociación Vital Alsar para procurar que los galeones no quedaran olvidados, reactivada su situación y con la resolución del Ayuntamiento se instala en el viejo campo de tiro de la península de La Magdalena el Museo del Mar, Hombre y Paz, donde las tres embarcaciones y la balsa del navegante tienen la proa a la mar. Esta asociación fue fundada, entre otros, por: Antonio García Palazuelos, dueño del Machichaco; Pepe Fernández, jefe de publicidad de La Caja; su mujer la poeta Marisa del Campo; Chele Barandica y Menchi su mujer; Manuel Prieto; Paco Cuadra, amigo de la infancia de Vital y los hermanos de Vital, Marina y Lázaro. A la inauguración del museo asistieron Vital Alsar, Marc Modena, Enrique Jolly, escultor mexicano autor de los mascarones de proa y los bustos de Orellana que portan los galeones y componente de la expedición y algún miembro más de las tripulaciones.

Museo del Mar, Hombre y Paz, donde la balsa y los tres galeones resaltan no solo las travesías oceánicas, sino sobre todo, la virtud dialogante de Vital Alsar, en busca del entendimiento y la concordia entre civilizaciones, más allá de territorios y fronteras, siempre tuvo la mar como espacio y horizonte de comunicación y entendimiento. Ya no podrá visitarlo, pero quedan izadas las banderas blancas y sus rutas en la memoria de la mar.