Vivir las calles

Parece que hay coincidencia en valorar las pasadas fiestas patronales como unas de las mejores de los últimos años. El tiempo quizás ha favorecido el ... que la gente haya ocupado las calles, pero no resta valor al programa diseñado por el equipo de gobierno que, haciendo uso de la imaginación para contrarrestar las limitaciones económicas, ha sacado a los torrelaveguenses a las calles y atraído a muchos vecinos de las comarcas próximas. Gran parte de los comerciantes, y especialmente el gremio de la hostelería, ha manifestado su contento, algunos con la boca pequeña, ya sabemos que les resulta muy difícil reconocer los buenos resultados, pero satisfechos al fin y al cabo. De nuevo parece que la clave es la ocupación de las calles, provocar que los ciudadanos salgan de casa. Al hacerlo, tomar un café, un vino o un helado puede favorecer la compra de algo inesperado que te tienta. No se trata del consumo por el consumo, comprar lo que no necesito. Pero como cuando uno entra en una librería buscando un libro y se lleva otro, quizás sale a tu encuentro lo que necesitas. Y ¿cómo sacar a la gente al espacio público? Con actividades. Torrelavega tiene calles peatonales, plazas (Plaza Mayor, Baldomero Iglesias, Bulevar, La Llama) que invitan, como conocemos de otras ocasiones, a conciertos de grupos locales, exhibiciones de clubes deportivos, escuelas de ballet, torneos deportivos con niños, muestras gastronómicas o del folclore regional... Cada fin de semana se podrían ocupar calles y plazas con propuestas lúdicas que disuadan a los torrelaveguenses de coger el coche e ir a comer a otros lugares de la provincia como una costumbre semanal. Muchos colectivos estarían dispuestos a participar si se les dispensase el trato que merecen y se les proporcionase la infraestructura que necesitan. Pretextos, en definitiva, para vivir calles y plazas y favorecer las relaciones personales. También para dar vida al comercio.