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A Revilla se le tuerce el bigote cuando habla de Vox. Le cuesta hasta pronunciar la 'X' final y solo desliza una 'S' indolente: ' ... VOS'. Al presidente le pasa lo que a todos alguna vez en la vida, que es más fácil saber lo que no quieres que lo que quieres. Y mucho antes de conocer su programa electoral, ya tiene claro que hará «cualquier cosa» para evitar que 'VOS' gobierne en Cantabria. Ese «cualquier cosa» abarca un posible pacto con el PP, donde Buruaga –que mira de reojo las aventuras de Andalucía y Castilla y León– se limita a colocar un tímido cordón sanitario en torno al partido de Santiago Abascal. Por lo que pueda pasar en mayo. Así que la campaña electoral será un laboratorio para demostrar la veracidad de aquella frase de Frank Underwood en 'House of Cards': «En política no se puede ir del 'no' al 'sí' sin que haya un 'quizás' de por medio».
De momento, este juego de enemistades interesadas apenas ha calado en Vox, especialmente concentrado en esquivar el fuego amigo. El de fuera y el de aquí. Poco pueden hacer desde Santander para blanquear ahora a Macarena Olona, en otros tiempos instrumentalizada como bandera del papel de la mujer en el partido, o para defenderse de las acusaciones de financiación sospechosa vertidas en la televisión nacional. Pero los últimos movimientos locales tampoco han ayudado. La salida de Ricardo Garrudo de la presidencia y, sobre todo, sus razones para hacerlo no han convencido a muchos en el partido: «Es una nueva etapa y hay que dar al cargo un perfil más político». Eso sí, ningún cargo público se ha permitido una mínima queja en la elección de Emilio del Valle como su sucesor. Todos lo daban por hecho. A todos les parece la mejor opción. Y todos repiten la misma frase: «Separamos mucho la parte institucional de la orgánica». Pero ese patriotismo de partido no es incompatible con un cierto ruido de sables de fondo. Desde Santander se han mandado a Madrid cuatro propuestas de candidaturas distintas para las elecciones autonómicas. Cuatro propuestas de listas con nombres diferentes que confirman la presencia de múltiples voces en el partido, pese a la proclama del 'todos a una'.
A nadie se le escapa que Cristóbal Palacio, enfrascado en una campaña electoral permanente mientras exprime la polémica del lobo para pescar votos del PRC en los pueblos, navega en solitario frente a la comandita formada por Emilio del Valle, Guillermo Pérez-Cosío y Armando Blanco. En Madrid siguen viendo al abogado como una opción destacada para liderar a Vox en mayo, pero está por ver si Del Valle, de 61 años, quiere dejar de coger aviones a Madrid todas las semanas.
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