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Ya no es solo que la bandera de Cataluña desfilara en Reinosa junto a la de otros países europeos como si de otro país ... más se tratara. Ya no es sólo que 'Els Segadors', himno de la comunidad autónoma catalana, sonara entre los acordes de los himnos de esos países, elevando estos símbolos a la categoría de un Estado independiente, reconocible y reconocido. Es que, además, te toman por idiota, te insultan y te señalan cuando te rebelas y no aceptas butifarra como embutido de compañía. Ya saben, aquello de matar al mensajero.
Fue el 10 de agosto cuando en la inauguración del Mundial de Bike Trial, en Reinosa, desfilaron los países que participaban en esta modalidad ciclista. Y digo Mundial porque así se promocionó por toda Cantabria y por el resto de Europa: World Biketrial Championship, Reinosa 2022 Alto Campoo. Lo dicho, el Mundial de BikeTrial.
En ese acto inaugural, como si de unas olimpiadas se tratara, fueron desfilando al ritmo de sus himnos nacionales todos los deportistas bajo la bandera de los países a los que representaban: Gran Bretaña, Francia, Italia, España, República Checa y Cataluña. Sí, Cataluña. Como otro país más, equiparando así a esta comunidad autónoma con el resto de los Estados participantes.
Y eso es lo que vieron todos los que se aceraron a disfrutar de este evento deportivo. Un desfile donde la bandera de Cataluña marchaba al mismo paso que la bandera francesa, británica o, lo que es aún más sangrante, la española; y todos ellos escucharon el himno catalán entre el God Save the Queen, la Marsellesa o el himno de España.
Las personas que presenciaron en Reinosa este espectáculo no sabían, ni les importaba, si esto era un mundial oficial u oficioso; si eran selecciones, federaciones, agrupaciones deportivas o clubes de amiguetes; si esto se llevaba permitiendo durante años o quinquenios; si se avisó por megafonía de que era el himno de una comunidad autónoma o de la unión de planetas del Sistema Solar. Lo que vieron todas esas personas fue como Cataluña recibía el mismo trato, al mismo nivel y con la misma entidad que cualquiera de los otros países participantes. Punto. Con sibilina destreza. Como si no fuese importante. Con toda la normalidad del mundo mundial. De manera subliminal: Francia, España, Italia, Cataluña, República Checa. Para ir fijando en el subconsciente del personal otro país más, con sus propios símbolos patrios. Con vaselina. Así se va haciendo realidad la ensoñación nacionalista sin hacer ruido, pero empapando como el calabobos.
Ni siquiera entro a valorar si se ha hecho premeditadamente o ha sido de manera azarosa. Ni pongo en tela de juicio si el director de este mundial de Bike Trial es o no independentista. Me la trae al pairo. Simplemente me atengo a los hechos y como los percibieron una gran parte de los ciudadanos que estuvieron en ese desfile en la capital de Campoo y una inmensa mayoría de los cántabros y españoles que se llegaron a enterar de este asunto gracias a la denuncia que presentamos desde mi grupo parlamentario. Y dejo a un lado a los deportistas, faltaría más. Supongo que habrá de todo.
Y, hombre, qué quieren que les diga, que los insultos y las mofas vengan de medios de comunicación independentistas y demás ralea que los jalea y aúpa, ni molesta ni sorprende. Más bien al contrario, para que se lo voy a negar: cuando ellos braman, es que hemos dado en el blanco, y satisface. Pero que sea el propio ayuntamiento de Reinosa el que a través de un comunicado me acuse de querer «instrumentalizar un acontecimiento generando polémicas inexistentes para tratar de obtener un rédito político a costa de Reinosa y los reinosanos» y «que si esto es lo que les importa nuestra ciudad, por favor, olvídennos», es inmoral, indecente e inasumible. Tanto como el silencio del Gobierno de Cantabria y de su presidente, el señor Revilla, que en 2017 se acercó a Cataluña para brindar con cava y apoyar al señor Iceta en aquellas elecciones autonómicas. El mismo Iceta, pareja de baile de los nacionalistas, que multiplicó por tres las multas a los comercios catalanes por rotular en español en aquel tripartito presidido por Maragall, y que apoyó con entusiasmo los indultos a los golpistas.
Han sido ustedes, señores del Gobierno de Cantabria y del Ayuntamiento de Reinosa, los que han patrocinado, con el dinero de todos los cántabros, este mundial en el que al himno y a la bandera catalana se le dio el mismo tratamiento que a España y al resto de países. Les bastaba con entenderlo cuando lo denuncié. Asumirlo con normalidad y rectificar. Fíjense si estuve atinado que, tras mi denuncia pública, acordaron con la organización de este Mundial que no volviese a sonar 'Els Segadors'. ¿Por qué este cambio en el protocolo si no había nada de malo en ello? ¡Ay, la conciencia! Vaya veranito que llevamos, señor Revilla, a costa de los himnos.
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Ana del Castillo
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