Y aún más de 40

Europa nos aisló y el Plan Marshall nos excluyó. Los Aliados vencedores tuvieron que darle ese gusto a Stalin. Era evidente que los norteamericanos vivían mejor que aquella Europa despedazada y dominada tras el telón de acero. Frigoríficos, televisiones y coches, eran cosas «de película», pero siempre apetecibles. Estudiar y trabajar; ni el pluriempleo, ni los suspensos traumatizaban a nadie. Conseguimos salir adelante y una creciente clase media hizo posible la Transición. Nada fue fácil. Años duros, con sacrificio de muchas vidas y de libertades, lograron mantener la unidad de los españoles frente al forzado aislamiento internacional. Hasta aquí hemos llegado y seguimos.

De aquella España una -hoy diríamos ultraunida- hemos pasado a una España ultratransferida. No hay fronteras, pero intentemos leer algún boletín oficial de otras regiones: ¿Entendemos el de Galicia, Valencia, Cataluña?..., y dentro de poco el bable. Aunque tenemos un idioma común hablado por casi 600 millones en los cinco continentes, algunas autonomías lo ignoran en los letreros de nuestras carreteras. La Sanidad y la Educación fragmentadas... ¿Más autonomías uniprovinciales: Soria, Guadalajara, Albacete?..., ¿Es qué cada una no es histórica? Experiencia ya tuvimos con los cantones de la primera República: ¡Viva Cartagena!, y ¿por qué no Torrelavega? Por favor, mejor que practiquemos con gaseosa.