A Zuloaga también le mueven la silla
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Ferraz diseña sus planes de cambio de liderazgo en varias regiones, entre ellas Cantabria, sin disimular el ninguneo al derecho a decidir de la militancia en cada territorioSecciones
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Ferraz diseña sus planes de cambio de liderazgo en varias regiones, entre ellas Cantabria, sin disimular el ninguneo al derecho a decidir de la militancia en cada territorioComo a su homóloga en el PP, María José Sáenz de Buruaga, al líder del PSOE de Cantabria, Pablo Zuloaga, también le mueven la silla desde Madrid, a juzgar por las maquinaciones que llegan de los laboratorios socialistas de Ferraz. Vaya, después de tanto presumir ... de partido pionero en implantar el mecanismo democrático de las primarias, de proclamar solemnemente que ahora las decisiones las toman los militantes, resulta que son los notables de la cúpula nacional socialista quienes desde el foro madrileño hacen y deshacen, quitan y ponen, con un infumable ninguneo a los subordinados de provincias.
No van muy desencaminados quienes teorizan que las primarias terminan por coronar caudillos que toman todas las decisiones sin debate ni control de los órganos del partido. Esa política vertical se advierte en los planes que la guardia pretoriana del sanchismo prepara para afrontar el ciclo de congresos, el federal y los autonómicos, a partir del último trimestre del año. Cómo no van a diseñar cambios de liderazgo en Galicia, Cantabria o País Vasco si ya le han puesto la proa a Susana Díaz, que comanda el poderoso PSOE andaluz. Si Sánchez acaba de imponer a Salvador Illa como candidato en Cataluña de un plumazo, sin ningún proceso interno del PSC, que sólo es un partido federado al PSOE con funcionamiento autónomo durante décadas.
En Ferraz apuntan a Pedro Casares como hipotético sucesor de Pablo Zuloaga al mando del partido en Cantabria. Ambos tuvieron una destacada participación en el relevo de la secretaria general Eva Díaz Tezanos en 2017, subidos a la ola del sanchismo triunfante. Casares pudo ser el heredero pactado a medio plazo, pero el audaz Zuloaga se lanzó al asalto y se hizo con el liderazgo.
Desde entonces se han distanciado mucho en sus distintos ámbitos: Zuloaga, vicepresidente del Gobierno y secretario general del PSOE cántabro; Casares, diputado nacional, miembro de la ejecutiva federal y embajador de Pedro Sánchez en Cantabria. Entre los desencuentros más serios figura la incrustación de Casares, avalada por Madrid, como número uno al Congreso el 10-N, a costa de Luis Santos Clemente, el sindicalista de UGT ganador en los comicios del 28-A. Luego vinieron las fricciones por el protagonismo de cada cual en el fallido órdago del PSOE al PRC por su voto en contra de la investidura de Sánchez y después el nombramiento como delegada del Gobierno de Ainoa Quiñones, una aliada de Casares, con gran disgusto de Zuloaga.
Las novedades de Madrid agitan la siempre efervescente vida interior del PSOE cántabro. La opinión generalizada es que Pedro Casares, cerrada su etapa en el Ayuntamiento de Santander, quiere hacer carrera en Madrid, aunque eso no le impediría hacer compatible la dirección del partido en Cantabria, Sin ir más lejos, Jaime Blanco fue parlamentario en las Cortes y secretario general durante muchos años. Y si Casares no quiere, ahí está también Ainoa Quiñones, que siempre está presente en las 'quinielas': ha sonado para liderar una nueva ofensiva para tomar la Alcaldía de Santander y suena ahora para el mando en el partido o para la candidatura autonómica, pero su proyección política real todavía está por ver.
Pablo Zuloaga acusa, lógicamente el golpe de las filtraciones de Ferraz que refleja un déficit de interlocución con Madrid. Pero no le faltan incondicionales que en estos días le animan a a optar a la reelección y a presentar batalla si hiciera falta, entre ellos y públicamente, el presidente del Parlamento, Joaquín Gómez.
Zuloaga defiende el avance del partido en su mandato. En las elecciones de 2019 mejoró sus resultados autonómicos, de cinco a siete escaños. El asalto a la Alcaldía santanderina, con Casares al frente, no prosperó por poco y se perdió el bastón de mando de José Manuel Cruz Viadero en Torrelavega por el empuje regionalista, aunque el PSOE se aseguró el gobierno de un buen puñado de municipios importantes merced al pacto con el PRC. Como suele suceder cuando la atención está puesta en el Gobierno regional, y más en tiempos de pandemia, el partido se resiente en su actividad orgánica y en su cohesión. Una prueba es la salida de la ejecutiva con un ruidoso portazo del alcalde de Cartes, Agustín Molleda, quien puede tener alguna influencia en los movimientos que se intensificarán a medida que se aproxime el congreso.
Si finalmente no hay rendición o un relevo negociado para cumplir el dictado de Ferraz y por el contrario se entabla una nueva pugna por el poder interno, muchos actores del socialismo cántabro están llamados a jugar un papel en el próximo congreso regional: las agrupaciones más numerosas, los altos cargos y los alcaldes más importantes, los representantes de UGT, los militantes colocados en la Administración... El sector crítico adscrito a la exsecretaria general Eva Díaz Tezanos, que ahora contempla desde la barrera las divisiones en el oficialismo, quizá no esté en condiciones de presentar un candidato ganador, pero es muy posible que su cuota pueda decidir quién se lleva el gato al agua. Una dura negociación en el horizonte.
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