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La estudiada fotografía de 'La puerta del cielo' es una de sus grandes virtudes.
Regreso a la grandeza de Cimino

Regreso a la grandeza de Cimino

'La puerta del cielo', una epopeya majestuosa y a contracorriente, es una grandiosa pintura de un conflicto entre ganaderos y granjeros en el crudo Oeste americano de la conquista

Ricardo Aldarondo

Jueves, 7 de abril 2016, 18:29

"'La puerta del cielo' es un desastre tan absoluto que podríamos sospechar que el señor Cimino vendió su alma al diablo para alcanzar el éxito que obtuvo con 'El cazador' y que ahora el diablo ha vuelto para cobrar'". Con frases como esa, escrita por Vincent Canby y recogida por Peter Biskind en su libro 'Moteros tranquilos, toros salvajes' recibió la crítica americana la que era la película más ambiciosa y esperada en el comienzo de la década de los 80. 35 años después, otra frase, de Dennis Lim en 'The New York Times' resumía el cambio de perspectiva: "El tiempo ha sido generoso con 'La puerta del cielo'". Un tiempo en el que esta epopeya majestuosa y a contracorriente ha pasado de aquel infierno diabólico en el que se le sumió al bien ganado paraíso, o simplemente a ser apreciada como lo que es: una grandiosa pintura de un conflicto entre ganaderos y granjeros en el crudo Oeste americano de la conquista y el dominio de las tierras, que sirve al mismo tiempo como metáfora, muy actual, del ejercicio de la violencia desde el poder económico, de los dobles raseros morales, y de los movimientos migratorios aplastados por la fuerza.

En medio, peleas con los productores, un metraje cercenado salvajemente, el descalabro de una compañía, United Artists, que había apoyado el capricho de un director en alza con el éxito de su filme precedente, 'El cazador' (1978) y el estandarte de un tiempo en el que el cine americano conoció uno de sus mejores momentos gracias al empuje de directores de arrolladora personalidad y se desmoronó una forma de entender el cine, la de los directores estrella y los grandes estudios de Hollywood. Todo eso y más simboliza 'La puerta del cielo'.

Ahora, con el debido reposo y las aguas vueltas a su cauce, se produce el rescate de la versión definitiva que su director quiso haber estrenado y llevar al éxito en su momento. Es hora de apreciar, disfrutar y valorar en su justa medida el filme. La edición de la película en blu-ray por parte de la editora La Aventura es un acontecimiento a la altura de los estrenos más importantes: de hecho, la primera edición limitada con tres discos, un libreto y un cuidado pack, quedó instantáneamente descatalogada, se agotó nada más llegar a las tiendas. Una edición más austera como objeto, pero con todos los contenidos fílmicos importantes, es la disponible ahora, portadora de suficientes gozos.

Michael Cimino, tras ser impulsado en su debut por Clint Eastwood con 'Un botín de 500.000 dólares' (1974), se había consagrado en 1978 con su segunda película como director, 'El cazador', una épica y al mismo tiempo intimista, violenta y emotiva, amistosa, crítica y patriótica incursión en la guerra de Vietnam con unos recursos muy distintos a los del cine bélico habitual. Cimino entraba con naturalidad en la estirpe de los grandes directores que habían tomado por asalto la industria de Hollywood desde la independiencia en los años 70 para transformarla: Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, George Lucas, Steven Spielberg, Brian de Palma

Puertas abiertas

Con el respaldo del prestigio y la buena taquilla que alcanzó 'El cazador', a Cimino se le abrieron las puertas para sacar adelante un proyecto al que llevaba años dando vueltas. United Artists asumió la producción de un filme que ya se planteaba de alto presupuesto, pero que acabaría sufriendo demoras y disparándose económicamente, cuando aún estaba fresca la pesadilla del 'Apocalypse Now' (1979) de Coppola, que se había estrenado por fin un año antes. Además, 'Toro salvaje' (1980), de Scorsese, como recuerda Biskind, recibió buenas críticas pero fue un fracaso de taquilla en su estreno, y United Artists "estaba demasiado preocupada con 'La puerta del cielo' como para organizar la campaña publicitaria que 'Toro salvaje' merecía.

El presupuesto inicial era de once millones y medio de dólares; acabó costando 44 millones; en el estreno recaudó tres millones y medio en Estados Unidos. El plan de rodaje se incumplió desde el primer momento. "Tanto se dilató el periodo de filmación que uno de sus actores, John Hurt, tuvo tiempo para irse a Londres a caracterizarse como John Merrick, protagonizar 'El hombre elefante' y regresar a tiempo para completar secuencias nuevas y repeticiones con Cimino", explica Quim Casas en el excelente estudio sobre el filme y su época que se incluía en el libreto del blu-ray. La United Artists no pudo resistirlo y entró en quiebra. Un eslabón entre otros casos de películas megalomaníacas (y magníficas) que casi acaban con sus productoras, como la 'Cleopatra' de Joseph L. Mankiewicz con 20th Century Fox o la 'Corazonada' de Francis Ford Coppola, que diluyó su sueño de Zoetrope Studios.

El reparto impresiona hoy aún más si cabe: Kris Kristofferson, Christopher Walken, Isabelle Huppert, John Hurt, Sam Wanamaker, Jeff Bridges y una aparición al inicio del filme de Joseph Cotten, un actor ya presente en otro legendario precedente de cine genial y descalabro de producción, los que protagonizó Orson Welles con sus 'Ciudadano Kane' (1941) y 'El cuarto mandamiento' (1942).

'La puerta del cielo' tiene un planteamiento inicial equivalente al de 'El cazador': aquí también hay unos personajes en una juventud plena de promesas, ua graduación en Harvard en 1870, para luego dar un salto de 20 años y encontrarlos ya adultos, y en las distintas partes de un conflicto, entre la asociación de ganaderos que pretende contratatar a un grupo de pistoleros y los granjeros emigrantes que tienen intención de trabajar en esas tierras, y a los que los ganaderos acusan de ladrones y asesinos. En medio el sheriff que interpreta Kris Kristofferson y que se mueve entre las ambiguedades y perversiones de una tierra aún salvaje dentro de una civilización que se pretende distinguida. Su particular historia de amor, con la madame de las prostitutas que interpreta Isabelle Huppert, da otra dimensión a una película que se mueve con soltura entre lo grandioso y lo épico, entre la violencia y la delicadeza, entre lo intimista y lo emotivo.

Cuando vimos por primera vez 'La puerta del cielo' en su estreno en España en 1981, nos produjo en parte una sensación de decepción frente a la magistral 'El cazador'. Pero también nos deslumbraron algunas de sus secuencias, los movimientos de cámara de Cimino, el lirismo de sus imágenes, aunque el conjunto fuera extrañamente desiquilibrado. Pero es que finalmente los productores obligaron a Cimino a cortar la versión que él pretendía estrenar, los 216 minutos a los que había llegado desde el montaje inicial de cinco horas y las 220 horas de película que filmó. La versión que se estrenó entonces no sólo estaba cortada hasta los 141 minutos, sino que tenía una estructura diferente, con la introducción de flashbacks y otros detalles que afectaban directamente a la narración. Ahora, por fin, tenemos la oportunidad de ver la película tal como Michael Cimino la quería estrenar, y restaurada en sus colores (uno la recordaba mucho más oscura y sin matices), sus impresionantes paisajes y decorados, en secuencias tan poderosas como el inicio alrededor del árbol centenario, el disparo a través de una sábana colgada, o el largo y majestuoso baile.

Michael Cimino nunca llegó a recuperarse del todo de 'La puerta del cielo'. Hizo otra película muy notable, 'Manhattan Sur' (1985) y otros tres filmes apreciables pero no a la altura de lo que se esperaba de él: 'El siciliano' (1987), '37 horas desesperadas' (1990) y 'Sunchaser' (1996). Pero desde hace 20 años está prácticamente inactivo, sólo participó con un cortometraje en la película que Cannes encargó a una serie de directores con motivo de su 60 aniversario, 'Chacun son cinema' (2007). En aquel festival su cambio de aspecto dio lugar a especulaciones sobre si había cambiado de sexo, pero nunca ha terminado de concretarlo. Siempre enigmático, ojalá Michael Cimino sea aún capaz de crear otro peliculón como 'La puerta del cielo'.

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