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JOSÉ MANUEL CUÉLLAR
Jueves, 28 de julio 2016, 20:54
Parece un anuncio de dentífrico. Matt Damon hace un amago a los fotógrafos y en el vacile sonríe... Es como si se encendiera un foco. Dientes blancos, blanquísimos y simpatía y carisma para dar y tomar. Damon llegó a España junto a Alicia Vikander para ... promocionar "Jason Bourne", la cuarta entrega de la mítica saga en la que participa el actor norteamericano.
El filme, trepidante y tan vivo y vertiginoso como las tres películas primeras, habla de los nuevos tiempos, de la implantación de los sistemas informáticos en nuestras vidas y de cómo los gobiernos pueden controlar a la población mediante los nuevos adelantos. Para Damon, este es un aspecto primordial de la nueva película: "Desde mi punto de vista lo que planteamos en el filme es el debate que hoy mismo existe en el mundo entre la seguridad y la privacidad, entre protegernos y los derechos civiles. Realmente no lo sé, no soy la persona adecuada para responder. A mí me gusta la libertad, pero no creo que haya una respuesta contundente y firme a eso. Supongo que dependerá de cada país. Es un tema muy complejo".
Cuando se le plantea si hay una cierta similitud entre Bourne y Snowden, que reveló secretos de los servicios norteamericanos, y sobre si aprobaba lo que hizo el propio Snowden, Damon se mostró cauto. Incluso intentó dar rodeos diciendo que "este es un asunto de fricción continuo. Recuerdo que cuando estaba en la universidad un profesor nos dijo que la KGB tenía 29 millones de informadores y eso es tener un poder muy grande y muy potente, pero ¿hasta qué punto condiciona eso la libertad individual de las personas? Ese es el gran debate de hoy en día".
Se le veía al actor algo incómodo con la cuestión, mucho más cuando se le volvió a inquirir sobre si aprobaba las filtraciones que hizo Snowden, sobre todo porque sabe que el tema es delicado en Estados Unidos. Damon se decidió por fin y se tiró al río como si fuera el mismo Jason Bourne: "Pues sí, mire, le estoy muy agradecido por conocer cosas que nos incumben a todos los ciudadanos, que sepamos lo que en realidad está pasando".
Como no puede ser de otro modo, también le preguntamos por la campaña electoral en EE.UU., que en estos días vive sacudida por las acusaciones de ataques informáticos a la Convención demócrata desde el espionaje ruso para favorecer a Donald Trump. ¿Qué opina de la posibilidad de que el millonario llegue a ser elegido presidente? La respuesta fue instantánea, afilada y contundente, como la estopa que reparte su personaje: "Si Trump llega a presidente, al mundo no lo salva ni Jason Bourne". Risas. Risas heladas por la idea.
Volviendo al lado puramente cinematográfico, Damon valoró el esfuerzo que se ha hecho por parte de todos para realizar la película: "Es mucho trabajo, de mucha gente, dándolo todo. El mayor ejemplo fue en Canarias. Teníamos a 600 extras trabajando de noche día tras día y yo les veía con una pasión y una entrega que nos dejaba a todos asombrados... Fue algo realmente admirable".
En Canarias precisamente se realizó una de las escenas más importantes del filme, la arrancada de la película donde se escenifica una manifestación en Atenas: "Greengrass fue periodista señala Damon y trabajó en muchas de esas manifestaciones. Incluso hizo documentales al respecto. Es por eso que sabe de lo que habla cuando filmó este comienzo de la película y supo reflejar exactamente cómo era y cómo es. Y les aseguro que es muy difícil de conseguir lo que él ha logrado en la película".
Una presión tremenda
Al hilo de esto, Damon explicó la negativa que en principio dio a Universal para encarnar a Bourne en esta entrega si el director no era Greengrass. Preguntado sobre si era por el aspecto técnico (es dificilísimo rodar con el ritmo que imprime a sus películas) o porque, como dijo en varias ocasiones, era como trabajar en familia, Damon señaló: "Mire, yo confío mucho en otros directores, pero para hacer esta película en concreto creo que nadie como Paul (Greengrass), porque entiende a este personaje, su dinámica y su manera de moverse y actuar. Una vez dicho esto, hay que recordar que la primera película fue de Doug Liman, que también tuvo un mérito enorme pues supo encontrar un hueco entre las películas de espías, como James Bond o Misión Imposible".
Respecto a si eran comparables, el actor lo negó: "No creo que se puedan mezclar. Lo de Bond es admirable, lleva 50 años con el mismo personaje, y lo que está haciendo Tom (Cruise) con "Misión Imposible" es fantástico. Yo no creo que me pueda comparar con ellos, ni mucho menos".
Un alarde de modestia teniendo en cuenta que las películas de Bourne tienen mucha más calidad que las nombradas. También se quitó importancia a la hora de pensar en renovar su papel como Bourne: "Si Universal quiere que vuelva a hacer Jason Bourne con Paul, ahí estaré. Es un personaje que me encanta y le debo mucho. Está película la hicimos por el público. Cada vez que iba a un aeropuerto, en cualquier calle, siempre había alguien que me paraba y me preguntaba si íbamos a hacer otra película de Bourne. Por un lado, es maravilloso, pero por otro significa mucha presión añadida porque debemos estar a la altura de las anteriores. Nos sentimos muy orgullosos de las tres primeras y queremos que esta encaje a la perfección. Estamos entusiasmados y estresados a la vez, pero también sabemos qué gusta de estas películas y nos hemos esforzado al máximo para que esta sea tan buena como las demás".
Sobre si Bourne le perseguirá por los siglos de los siglos, Matt contesta con seguridad: "Estoy convencido de que, haga lo que haga, siempre se me asociará con este papel, pero es normal. Si interpretas cuatro veces al mismo personaje este te seguirá eternamente, pero no me importa que me siga. Al contrario, Jason Bourne me cae realmente bien". Damon aseguró que estaba pensando en dirigir y, que de hecho, ya lo había intentado alguna vez: "Estuve a punto de hacerlo pero al final no encontré hueco en la agenda y la película la hizo Gus Van Sant. Pero sí, supongo que al final acabaré haciéndolo porque me hace mucha ilusión. He rodado con grandes directores y eso me ha hecho aprender mucho".
Duro entrenamiento
Por último, Damon se refirió a los esfuerzos que ha tenido que hacer para estar en forma en esta película: "Cuando hice la primera tenía 29 años y ahora tengo 45. Para este filme hice la misma dieta que entonces, pero era evidente que ahora con eso no era suficiente. Tuve que meterme dos veces al día en el gimnasio para intentar estar a la altura. No fue agradable y le aseguro que no se lo aconsejo a nadie", terminó entre risas mientras la sala se volvía a iluminar con su nuevo foco...
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