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Michel Legrand, ante el piano.
Michel Legrand, ese inequívoco aroma francés

Michel Legrand, ese inequívoco aroma francés

El autor de las bandas sonoras de 'Los paraguas de Cherburgo', 'Verano del 42', 'El caso de Thomas Crown' y 'Yentl' es un prolífico compositor que ha frecuentado también el jazz y la clásica

César Coca

Jueves, 1 de septiembre 2016, 13:52

Jean Luc Godard, Claude Lelouch, Jacques Demy y Louis Malle son parte fundamental del mejor cine francés y Michel Legrand quien ha puesto el fondo sonoro a algunas de sus más celebradas películas. Y aunque buena parte de su carrera ha transcurrido en Hollywood y sus filmes más premiados son producciones estadounidenses, hay en todos ellos un suave aroma francés, un lirismo elegante y sin excesos que es una verdadera marca de la casa. Una marca de éxito, porque algunas de sus canciones escritas para célebres filmes han tenido una impresionante carrera posterior en las grandes voces de las últimas décadas, imponiéndose así sobre su origen. Porque, ¿alguien recordaba que la maravillosa 'The windmills of your mind', que han cantado Dusty Springfield, Barbra Streisand, Petula Clark, Alison Moyet y José Feliciano es en realidad parte de la banda sonora de 'El caso de Thomas Crown' (Norman Jewison, 1968)?

Michel Legrand nació en un suburbio de París el 24 de febrero de 1932, en el seno de una familia en la que la música tenía una enorme presencia. Su padre era un conocido compositor, uno de sus tíos maternos triunfó como director en el music hall y su hermana mayor, ya fallecida, se hizo un nombre como cantante. El pequeño Michel estudió primero en casa y a los diez años, en plena guerra, ingresó en el Conservatorio de París.

Más tarde se formó con Nadia Boulanger, por cuyas clases pasaron decenas de compositores y pianistas que habrían de tener gran relevancia. Incluso hizo alguna gira con Maurice Chevalier, haciéndose cargo del acompañamiento instrumental. Cuando dio por terminada su formación, Legrand componía, dirigía, cantaba y tocaba una decena de instrumentos, entre ellos el piano. Alguna vez ha recordado que de niño imaginaba que encontraba un tarro de crema mágica que cuando metía en él los dedos adquiría la habilidad de Vladimir Horowitz. Desgraciadamente, comentaba, no existía tal crema.

Por si todo eso fuera poco, entró pronto en contacto con nombres míticos del jazz, como Miles Davis, John Coltrane, Dizzy Gillespie y Stan Getz. De esa relación surgió uno de sus primeros álbumes, 'Legrand Jazz'. No sería el único porque periódicamente ha vuelto a ese género, como ha hecho con la clásica, y ahí están sus interpretaciones de piezas de Copland, Cage, Satie, Gershwin y otros.

Aunque su primera banda sonora para el cine la escribió cuando tenía solo 22 años, no consiguió un gran éxito hasta una década y treinta películas más tarde, incluidas varias de Godard, entre ellas 'Una mujer es una mujer' (1960). Fue con 'Los paraguas de Cherburgo' (Jacques Demy, 1964), un filme totalmente cantado por cuyo trabajo mereció dos candidaturas al Oscar: las correspondientes a mejor banda sonora y mejor canción. Aquel año la competencia era extraordinaria y los premios se los llevaron Maurice Jarre por la BSO de 'Doctor Zhivago' y Johnny Mandel por 'The shadow of your smile', de la película 'Castillos en la arena'. Sin embargo, el trabajo de Legrand era demasiado bueno para no llamar la atención de Hollywood aunque se quedara sin premio.

Durante mucho tiempo, el compositor francés vivió a caballo entre su país y EE UU. En 1968 consiguió nuevas candidaturas al Oscar por su trabajo en dos filmes, uno francés y otro estadounidense: 'Les demoiselles de Rochefort' (Jacques Demy) y 'El caso de Thomas Crown'. Las dos aspiraron al premio a mejor banda sonora original, pero lo ganó por 'The windmills of your mind' en el apartado de mejor canción.

En años posteriores colaboró con algunos de los grandes del momento: John Sturges ('Estación Polar Cebra', 1968), Joseph Losey ('El mensajero', 1970), Clint Eastwood ('Primavera en otoño', 1973), Richard Lester ('Los tres mosqueteros', 1973), Louis Malle ('Atlantic City', 1980), Claude Lelouch ('Los unos y los otros', 1980) e Irvin Kershner ('Nunca digas nunca jamás', 1983, el último Bond de Connery). Fueron sus años dorados. Y el momento de sus trabajos de mayor éxito, cuando la Academia de Hollywood le concedió en dos ocasiones el Oscar a la mejor banda sonora original. El primero fue por la inolvidable música de 'Verano del 42' (Robert Mulligan, 1971) y el segundo por la más compleja de 'Yentl' (Barbra Streisand, 1983). Con directora, actriz y cantante ya había tenido una relación profesional intensa porque ella había grabado algunas de sus canciones más célebres. Una de ellas había sido candidata al Oscar con todos los requisitos para ganarlo: 'What are you doing the rest of your life', de la película 'Con los ojos cerrados' de Richard Brooks (1969). El premio se lo arrebató 'Raindrops keep fallin' on my head' de Burt Bacharach, del filme 'Dos hombres y un destino'.

La música de Legrand, con sus melodías largas y refinadas y su aroma francés, encaja a la perfección con historias humanas que contengan una dosis de drama y unas gotas de comedia. Es lo que abunda de manera aplastante en su filmografía. Doscientos filmes dan para tocar casi todos los géneros, pero su estilo no es el más adecuado para la ciencia ficción o el western, por poner solo dos ejemplos. Eso sí lo distingue de algunos grandes de Hollywood, compositores camaleónicos capaces de poner un fondo sonoro a cualquier argumento. A cambio, ellos no contribuyeron a poner la música a la 'nouvelle vague', algo que sí hizo Legrand.

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