Así se rodó la octava maravilla del mundo

El estreno esta semana de 'Kong: la isla de la calavera', una nueva versión del clásico con un argumento bastante diferente, nos lleva a revisar como surgió y lo que supuso aquel primer 'King Kong' de 1933, dirigido por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack que desde entonces permanece no solo como una cumbre del fantástico sino como una de las grandes obras maestras de la historia del cine con el gigantesco simio como el mito más poderoso creado por el séptimo arte.

La película fue producida por la RKO Pictures y escrita por Ruth Rose y James Ashmore Creelman, basándose en una idea de Merian C. Cooper y Edgar Wallace que se inspiraba en el mito de la Bella y la Bestia, aunque como suele ocurrir con las leyendas, su autoría nunca estuvo del todo clara. Fue estrenada en Nueva York el 7 de marzo de 1933, en el teatro Radio City Music Hall, y desde entonces nunca ha dejado de proyectarse en algún lugar del mundo. Kong, el gorila de enormes dimensiones conocido como la octava maravilla del mundo, es una auténtica figura de la mejor tragedia, cruel, fuerte, celoso, maldito y muy vulnerable. Como se dice en la frase que cierra la película, no fueron los aviones los que mataron a la bestia, sino la belleza.

Como es sabido, la trama trata sobre el hallazgo de Kong, un gorila gigante, en una isla prehistórica perdida llena de animales antediluvianos y sobre cómo fue capturado y llevado a la civilización contra su voluntad: son los años de la Gran Depresión. En la película, un director de cine llamado Carl Denham busca una chica para su nueva película, pero no aparece ninguna de su gusto. Cuando decide buscarla personalmente encuentra a Ann Darrow, una actriz de teatro desempleada por culpa de la crisis, y la convence para que se embarque con él para rodar una película a un lugar secreto. Tras navegar durante varias semanas llegan a una isla que no aparece en los mapas, la isla Calavera, donde se encuentra un misterioso ser llamado Kong, al cual quiere filmar. Kong comienza a desarrollar una extraña atracción por Ann. Tras múltiples aventuras, Kong es anestesiado y conducido a Nueva York, para ser exhibido públicamente en un teatro. El contacto de Kong con un mundo que no conoce y el amor que siente por Ann, a la que descubre entre el público lo hacen enfurecer hasta que se libera y queda suelto por la ciudad. Kong busca a la chica y al encontrarla, la sube al Empire State Building, donde es atacado por aviones, que logran hacerle caer del edificio y muere.

La génesis

Parece ser que la idea argumental se le ocurrió a Merian C. Cooper en el transcurso de un safari por África, quedando tan subyugado por las presencias y costumbres de los grandes simios, que pensó qué ocurriría si uno de ellos, gigante, aterrorizase a la ciudad de Nueva York. Como antecedentes figuran las novelas de aventuras sobre mundos perdidos, y en especial las de Sir Arthur Conan Doyle 'El mundo perdido' (1912) y de Edgar Rice Burroughs 'La tierra olvidada por el tiempo' (1918); en ambas, buena parte de la acción transcurre en selvas plagadas de animales prehistóricos. En 1925 hubo una adaptación muda al cine de la novela 'El mundo perdido', con efectos especiales hechos por Willis O'Brien y su equipo, quienes después trabajarían en 'King Kong'.

Cooper y Ernest B. Schoedsack habían realizado previamente documentales de viajes como 'Grass' (1926) y 'Chang' (1927), así como dos películas de ficción, una de las cuales, 'Las cuatro plumas' (1929) estaba protagonizada por Fay Wray, que habría de ser la bella de la que King Kong se enamora.

En 1932 el productor David O'Selznick, entonces en la RKO, se pone en contacto con Cooper. El cine sonoro apenas tenía cinco años y quería realizar una versión hablada de 'El mundo perdido'. Edgar Wallace, bajo contrato con la RKO recibe el encargo de escribir el guion, pero fallece antes de finalizarlo. Aunque no está claro cuál fue la aportación del famoso escritor inglés de novelas policiacas a la trama de 'King Kong', muchas de las escenas fueron ideadas por él.

Fay Wray fue una de las actrices que transitó con éxito del cine mudo al sonoro, y ha quedado inmortalizada en la historia del cine como la primera y más genuina novia de King Kong, y como la primera reina del grito en la pantalla. Cuando Merian C. Cooper llamó a Wray, le enseñó dibujos de la selva, y le comentó que iba a trabajar con el galán "más alto de Hollywood". "Yo pensé que me hablaba de Clark Gable. Luego, me enseñó el dibujo de un simio gigantesco, del tamaño del edificio del Empire State, y me dijo: este es tu galán", recordó Wray en el homenaje que el Festival de Sitges (certamen que tiene en su logotipo al gigantesco simio avanzando sobre el mar hacia la iglesia del pueblo) le dedicó en 1989 con un público enfervorecido que no dejaba de aclamarla.

King Kong y el resto de animales prehistóricos que aparecen en el filme fueron creados por William O'Brien en modelos tridimensionales de no más de 40 centímetros que fueron filmados fotograma a fotograma, que movían casi imperceptiblemente ojos y brazos para dar una impresión de movimiento realista, que se combinaban posteriormente con planos de actores. Para las escenas en que King Kong agarra a Fay Wray en la mano se construyó una garra gigante y diferentes maquetas enormes del cuerpo del simio. La película costó 650.000 dólares, lo que era una enorme suma de dinero para la época, pero todos pensaron que la película sería un éxito, como así fue desde el primer día de exhibición. Pero la calidad técnica no explica del todo la atracción que la película ejerció y sigue ejerciendo sobre los espectadores. Habría que buscar motivaciones psicológicas y freudianas para explicar esta relación de la Bella y la Bestia.

El estreno

Antes de su estreno en Nueva York la película tuvo un preestreno en San Bernardino, donde se testó a los espectadores y se suprimieron algunas escenas excesivamente violentas. En el momento de su estreno aun no estaba vigente el Código Hays de censura por lo que en 1938, cuando se reestrenó, algunas escenas, como la de Kong arrancando el vestido de Ann y la de varios exploradores de la isla que son despeñados por un barranco por el mono, se consideraron inaceptables para el código censor y fueron suprimidas. Esta versión reducida es la que se vio muchas veces por televisión. En España la versión íntegra se repuso en los cines en los primeros años 80 con gran éxito.

'King Kong' tuvo una secuela, 'El hijo de Kong' (Ernest B. Schoedsack, 1933) y numerosos remakes, algunos no reconocidos como tales. Los principales han sido el de 1976 de John Guillermin con Jessica Lange como protagonista, el de 2005 de Peter Jackson con Naomi Watts y el actual de 'Kong: la isla de la calavera', que nada tiene que ver, salvo la presencia del enorme mono, con el argumento original.