Emma Stone: «La gente mala piensa que hace lo correcto»

–¿De niña era fan de '101 dálmatas?

–Me encantaba la película, sobre todo que los perros se parecieran a sus dueños. Me pareció muy divertida.

–¿Le sorprendió lo oscura que Disney permitió que fuera esta película?

–Sí. El director Craig Gillespie ha hecho lo que quería hacer. Esta es, definitivamente, una versión muy oscura para una película de Disney.

–La Baronesa es una gran villana para Cruella.

–Emma Thompson es fabulosa. Tiene uno de mis momentos favoritos, cuando tira la servilleta y un tenedor por la ventana. Me hizo reír cuando lo rodamos y cada vez que veo esa escena me parto de risa. Y me encanta la estructura de su ropa, con una silueta estilo María Antonieta.

–¿Cuál fue el traje más divertido que le tocó vestir?

–El más ridículo fue con el que aparezco sobre el camión de la basura, porque tenía una cola de 12 metros. No es un traje que se pueda llevar ni remotamente en la vida real. También la falda con la que cubro el coche fue épica.

–¿Ninguno de esos momentos fue digitalizado?

–Todo es real. Los perros son la única parte de la película en la que se utilizó CGI.

–Entre los dos personajes que interpreta, Stella y Cruella, ¿cuál ha sido un mayor reto?

–Es interesante, porque sentí una especie de rechazo hacia Stella que se manifiesta al principio de la película. Stella es dulce, pero no está totalmente desarrollada como personaje y me parece más tentadora, desde el punto de vista de un artista, la personalidad de Cruella. Ella cruza algunas líneas que yo me atrevería a cruzar. Prefiero a Cruella porque me interesa el lado oscuro de un personaje femenino.

–¿Disfrutó interpretándola?

–Fue muy divertido. Con muchos papeles tienes que empezar, si eres muy nerviosa como yo, conteniendo tu personalidad. Pero cuando tienes un papel como Cruella puedes exagerar al máximo y disfrutar.

–¿Cree que Cruella eligió ser malvada?

–Creo que nunca interpretaría a un personaje que realmente pensara que es mala y fuera consciente de serlo. Ella no lo sabe, y la única manera de crearla fue mostrando su ambigüedad. ¿Crees que la gente realmente mala va por el mundo pensando que es mala? No lo creo. Piensan que lo que ellos hacen es lo correcto.

–¿Fue difícil representar el acento, las escenas emotivas y la actitud de Cruella, una estrella del punk de los años 70?

–Depende. Los acentos son definitivamente complicados y siempre me suponen un pequeño dolor de cabeza. Cada vez que un personaje tiene un viaje emocional con una escena clave que es increíblemente conmovedora y que hace avanzar la historia, me crea angustia porque sólo tienes un día para grabarla. Esa es la diferencia entre el teatro y el cine; no importa lo cansado que estés, ni cómo te sientas ese día, no tienes una segunda oportunidad, así que siempre duermo mal la noche antes de rodar una escena importante.

–¿Cómo se quita los nervios? ¿Tiene algún tipo de ritual?

–No. Los nervios desaparecen en cuanto empiezas a rodar. Cuanto más presente estás como actor, menos nervios tienes, por eso quise ser actriz. Soy muy ansiosa por naturaleza y cuanto más presente me encuentro es improvisando o haciendo comedia o teatro, porque no tienes tiempo de pensar en todas las demás cosas que te preocupan.

–¿Dudó cuando le ofrecieron interpretar a Cruella?

–Me pareció un gran personaje, pero no fue tan sencillo como recibir una llamada para interpretar a Cruella. Fue hace seis años, mucho antes de rodar la película, cuando tuvimos la idea, ya que Disney tiene todos estos personajes y en una tormenta de ideas se nos ocurrió darle vida. Pero ha sido un proceso de cuatro años con diferentes escritores.

–En su opinión, ¿el personaje tiene puntos débiles?

–Es humana, así que por supuesto tiene debilidades. Diría que es una película sobre cómo su fuerza combate su debilidad. Lo que ella considera débil desde el principio, su volatilidad, su temperamento, se convierte en su fuerza a través de su creatividad y su ingenio.