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La venganza es un plato que se sirve frío, ya lo sabemos, a poder ser con abundante picante. En este caso, con una buena ración de kimchi, sabrosa receta coreana a base de repollo chino fermentado con chile y otros ingredientes que le dan un ... sabor inigualable que despierta cualquier papila gustativa. 'La gloria' es una serie con etiqueta de Corea del Sur, un k-drama -etiqueta en auge-, que describe la revancha de una mujer que sufrió bullying en la escuela por parte de una pandilla de desalmados, una cuadrilla de pijos cuya superioridad impostada muestra sus grietas tiempo después. A lo largo de ocho intensos capítulos se entrecruzan el pasado y el presente, mostrando aquellos polvos que dan lugar a la tormenta de arena. El acoso escolar que vivió la protagonista siendo niña, una intimidación desmesurada, destrozó su vida y la marcó para siempre, incluso físicamente -entre las torturas que le infringían, le quemaban piernas y brazos con unas planchas calientes de alisar el pelo-. El ojo por ojo es inevitable. Como espectador empatizas con la víctima sin remedio, pero la historia está llena de matices y subtramas que añaden lodo al asunto. El reparto coral camina sobre arenas movedizas, embarrado, a punto de hundirse en cualquier momento.
'La gloria', cuya segunda parte verá la luz el próximo 10 de marzo -ya estamos contando lo días-, superó la pasada semana los 40 millones de visionados, colocándose como la segunda serie más vista de Netflix en lengua no inglesa a nivel mundial, por detrás de 'La reina del sur' y por delante de fenómenos patrios como 'Machos alfa'. Escrita por Kim Eun Sook, guionista de éxitos como 'Mr. Sunshine' o 'El rey: el eterno monarca', cuenta con diálogos especialmente cuidados que subrayan su emotividad. «No quiero reír porque si me río quizás olvide lo que quiero hacer», comenta en una escena la protagonista -Song Hye-kyo, vista en 'Descendientes del sol', estupenda en su papel de mujer hierática y rota-, que apenas sonríe hasta el tramo final de esta primera tanda de capítulos. Obsesionada con vengarse de quienes la humillaron sin escrúpulos, sus planes se cocinan a fuego lento, durante lustros, retorciendo los sentimientos de aquellas personas sin corazón que se ganaron cruelmente el título de acosadores. Por supuesto, no falta algún destello de violencia, porque el tremebundo cuento oscuro no puede acabar bien. No auguramos un The End descafeinado, todo apunta a un ajuste de cuentas implacable, de largo recorrido, que va minando los nervios de los abusadores, ya adultos, sepultados por los problemas de la edad, el remordimiento, los miedos y la soberbia. Quienes no le ayudaron y le retiraron el cariño, no aceptando la agresividad irracional a la que fue sometida, también están en la lista de la vendetta. Es la hora de que paguen por sus pecados. Lentamente y con dolor, físico y emocional. Ahí es nada.
«Mi vida ya esta destruida y no me queda dignidad, voy a ser fiel a mi rabia y mi furia», afirma contundente la protagonista frente a un pretendiente que le tira los tejos obsesivamente y acaba uniéndose a la causa («bailaré contigo», le responde, «espada en mano»). Cada personaje de 'La gloria' cuenta con sus taras, su propio tormento y una colección de secretos. El amor se siente en el ambiente, reprimido y vapuleado. El desarrollo de los acontecimientos engancha, con un narrativa atemperada, aunque algo confusa desde un punto de vista occidental. Los k-drama, series televisivas con producción surcoreana, siempre cuentan con trazas de culebrón, uno de los grandes secretos de su éxito, y aquí saben jugar epecialmente sus cartas. La protagonista le da al Go, un juego de mesa estratégico con fichas, tipo damas, inventado en China hace miles de años, dando pie a la metáfora. De ritmo pausado, como la naturaleza de la propia venganza, el relato va creciendo a medida que se van sumando los variopintos roles y sus circunstancias (nota alta para una ama de casa, víctima de violencia de género, que se toma muy en serio su labor de detective accidental, aportando algo de humor a la tensa exposición). Dirige Gil Ho Ahn, responsable del timón de 'Happiness' y 'Stranger', con alta puntuación en internet. Su mirada detrás de la cámara es concisa y efectiva, tirando de algunos sugestivos recursos visuales.
'La gloria' se antoja adictiva, elegante y repleta de recovecos. Contiene momentos desgarradores, romances turbios y alguna secuencia capaz de contagial al espectador la ansiedad que sufre la protagonista. Desde Corea del Sur nos llega lo mejorcito del medio audiovisual actual. En plataformas como Netflix lo saben y están aumentando su presencia en el catálogo -no tardará en ver la luz la segunda temporada de 'Sweet Home'-. Toca aplaudir este drama social con toques de thriller, un enredo descomunal que transita por caminos inesperados, pero hay más referencias en esta línea que enganchan a una audiencia interplanetaria. No habrá paz para los malvados.
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