Pero hay que cumplirlo

Señor director:

El día 12 del mes de enero, el diario de su digna dirección daba cuenta de las medidas que para atajar el gamberrismo y la delincuencia iban a ser puestas en práctica por orden del señor Blair, primer ministro británico. Bajo el título de «Agenda al respeto»,dice la noticia que: «Es para luchar contra el comportamiento antisocial de jóvenes gamberros». (Sic).

El día 26 del ya citado mes,en la pag. 59 de EL DIARIO MONTAÑÉS, se da cabida a la siguiente noticia: «Los ciudadanos italianos podrán responder con armas si son robados o agredidos». (Sic).

El día 26 del corriente marzo,en la pag. 12 de de su ya citado diario, y bajo el título de «Obligados a ser buenos chicos», se da cuenta de varias medidas encaminadas a que la mayoría de los ciudadanos no tengan porque soportar las imbecilidades de unos cuantos; y cito como ejemplo algo de lo que se lee en la citada pag. Dice así: Música: «Prohibido cantar o berrear en la calle». (Este título es buenísimo, pero nada tiene que ver con la música; la música está alejada de los berridos, aunque nos entendemos).

Vehículos: «Los altavoces con las ventanillas cerradas». Sin más comentarios, perfecto.

Y para terminar, no puedo menos que aplaudir lo de «Infracciones muy graves»; a saber: «Perturbar la convivencia de forma grave, destrozar el mobiliario urbano, impedir el funcionamiento de los transportes públicos, estropear la señalización pública, quemar basura, dañar árboles, impedir deliberadamente el tránsito peatonal o de vehículos o realizar actos que pongan que pongan en peligro la integridad de las personas» (Sic).

O sea, que algo se mueve en todos los lugares para terminar con esa lacra, de tener que soportar a los imbéciles.

Es seguro que saldrán a la palestra 'los perjudicados'; pero mire, señor alcalde, que apelen a Burgos, que dicen los viejos en mi pueblo. ¿Ah! un último detalle: En los tiempos que corremos, y con cierto tipo de individuos, sería conveniente añadir dos artículos más a los ya citados: Art. 1°. El guardia siempre tiene razón. Art. 2°: Cuando el guardia se equivoque se aplicará inmediatamente el Art. 1. Hay que llevarlo adelante, sí señor, pero a rajatabla.