Los tres proyectos de Gómez Quintana en Suances

El traslado de la sede municipal de Suances desde la localidad de Ongayo a la villa de Suances aprobado en 1890, estuvo acompañado por la construcción de la nueva casa consistorial y del colegio San José. Ambas obras fueron promovidas por Juan José Gómez Quintana (1820-1902), que también financió la erección de un notable panteón familiar en el cementerio del lugar, logrando de este modo que su nombre haya quedado asociado a algunos de los proyectos arquitectónicos más interesantes acometidos en la transición del siglo XIX al XX en este popular núcleo de la costa cántabra.

Los edificios

Nacido en Suances, Gómez Quintana desarrolló una brillante carrera naval, llegando a ser un condecorado capitán e inspector de los vapores correos de la Compañía Trasatlántica creada por el marqués de Comillas en 1881, a partir de la naviera Antonio López y Cia (Gómez Quintana estuvo personalmente vinculado a la familia de los marqueses).

La capilla-panteón se alza en el centro del camposanto -instalado en su actual emplazamiento en 1877-. Fue encomendado en 1888 por Casimiro Pérez de la Riva (1851-1934), autor de, entre otras, Nuestra Señora de la Asunción de su localidad natal, Ruiloba, y del Banco Mercantil de Santander. Tanto la fachada como el altar instalado en el interior del panteón presentan elementos decorativos que aluden a la marina, en homenaje al comitente. Alberga un calvario monumental de hierro reverdecido.

A Pérez de la Riva se atribuye la sede consistorial, que Gómez Quintana promovió en el año 1889. Se trata de un bloque de planta cuadrada de tres alturas y cubierta a tres aguas, que presenta una fachada principal un soportal de arcadas de medio punto y un frontón que aloja el escudo de la villa. El edificio es idéntico al ayuntamiento de Colombres, capital del municipio asturiano de Rivadedeva.

El Colegio de San José se construyó a partir de un legado que el marino hizo a su villa natal destinado a la fundación de un centro de enseñanza primaria, secundaria y náutica para los niños de la zona. Fue proyectado en 1909 por Alfredo de la Escalera y Amblard (1847-1928), arquitecto provincial desde 1876 y también arquitecto de la diócesis santanderina.

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