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G. BALBONA
Domingo, 7 de mayo 2006, 02:00
Roberto Orallo, «hay que decirlo en voz alta en estos tiempos tan difíciles para quienes siguen siendo fieles a la pintura, la ha elegido apasionadamente y sigue eligiéndola en cada una de sus obras». Estas palabras del escritor y crítico Marcos -Ricardo Barnatán forman parte del perfil creativo del pintor santanderino que preside la muestra retrospectiva que se inaugura esta semana en la capital cántabra.
Un itinerario por casi los últimos diez años de pintura de Orallo integrarán la exposición 'Sin titulo' que se inaugura el próximo jueves en el centro cultural de Tantín, dentro del programa de la Obra Social de Caja Cantabria. Una revisión selecta de obras de gran formato pertenecientes a series muy diversas del pintor santanderino como 'Desde la azotea', 'Tierra sin ellos' y, la más reciente, 'Implantes', abordada este mismo año.
Es la primera exposición antológica del artista en su ciudad natal, que cuenta con el atractivo -tal como avanzó este periódico- de mostrar también sus dibujos inéditos. La iniciativa reflejará así la densa evolución, a modo de «recopilación y búsqueda de nuevas arquitecturas», de un creador que exhibe una serie de sus dibujos por primera vez. Estos, en opinión de Barnatán, «forman parte de un arte de resistencia por un doble motivo: por su falta de necesidad ante la cibernética y por su plasticidad primitiva y casi salvaje en la época del ordenador».
Esta visión de la obra de Orallo tendrá su complemento en la muestra que inaugurará el próximo sábado, día 13, la galería El Cantil de Puente Arce, donde se incluirán piezas de menores dimensiones que revelarán otra mirada.
La prolífica, larga e intensa actividad pictórica de Orallo (Santander, 1947), que participó en la última edición de la feria ARCO en el stand de Cantabria, ha destacado siempre por trabajar a fondo sus cuadros, seleccionar adecuadamente soportes y formatos, alternar la espátula con el pincel, combinar lisuras y rugosidades y, sobre todo, experimentar nuevos cromatismos. Su pintura nunca abandona la voluntad de estilo, «el deseo de crear formas propias, basadas tanto en perfiles clásicos como en el expresionismo gestual, un estilo siempre enriquecido con nuevos matices y audaces cromatismos».
A juicio del crítico, la pintura de Orallo «no es nunca decorativa, ni prescindible: parece proponer un instrumento idóneo para entender el mundo, en relación, por supuesto, con la pintura del mundo en que se mueve». Presidida por un gran tríptico, la muestra nace con un objetivo claro: constituirse en «una sorpresa tanto a quienes se acerquen por primera vez a su obra como a quienes ya conozcan su producción creativa». La exposición en la Caja reúne en torno a 25 obras de las series más conocidas y celebradas del pintor como 'Ulises' y 'Espejos', junto a las ya citadas, las cuales sintetizan el recorrido realizado desde finales de los 90 por el artista en la investigación personal y en la que, según ha subrayado el propio pintor, busca «investigar sobre mi propia pintura y mantenerme al margen de cualquier tipo de influencia». Un francotirador que fundamenta buena parte de su labor en el humanismo y en su compromiso con el mundo.
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