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La emperatriz Sissí, en el lago de Levicco Terme

La emperatriz Sissí, en el lago de Levicco Terme

La ciudad balneario, en el norte de Italia, parece respirar todavía los aires del siglo XIX

Íñigo Fernández

Sábado, 23 de enero 2016, 07:51

No recuerdo haber visto ninguna de aquellas películas dedicadas a la emperatriz Sissí. No puedo juzgarlas. Pero estuve en el hotel en que solía pasar los veranos, recorrí sus salones y estancias, paseé por sus jardínes, cené en su comedor, imaginé cómo pudieron ser aquellas fiestas y aquellos valses, visité su habitación intacta... El Hotel Imperial, en la localidad-balneario de Levico Terme (Trento), es uno de los muchos legados que los austriacos del siglo XIX dejaron en el norte de Italia. Y la emperatriz Isabel de Baviera 'Sissí', la esposa del emperador Francisco José, es uno de sus recuerdos más poderosos.

Levico Terme, toda ella, parece respirar los aires del siglo XIX. Pero sus aires no provenían del Mediterráneo, sino de Los Alpes. Como todas las localidades de las provincias italianas de Trento y Bolzano, la influencia germana es enorme.

Todo tiene una explicación. Hasta su derrota en la Primera Guerra Mundial, esa zona de Italia perteneció al Imperio Austro-Húngaro. Sissí ni siquiera tenía que cruzar las fronteras del país para veranear. Pero la Europa balcánica y danubiana se descompuso con aquella guerra: el Imperio Austro-Húngaro se fragmentó y surgieron nuevos estados en la zona, como Checoslovaquia, Polonia y Yugoslavia. La región del Trentino, que los austriacos llamaban el Tirol Sur, fue transferida a Italia. Eso ocurrió a finales de 1918. Todavía no hace cien años.

La influencia austriaca en Levico Terme no se reduce a los veraneos imperiales. Es mucho más fuerte. La arquitectura del pueblo es alpina. Su gastronomía, germánica. No recuerdo haber comido ni pasta ni pizza en el transcurso de aquellos cinco días, ni en Levico Terme, ni en Trento. Sí codillo de cerdo. Todo era muy alemán.

Levico Terme ofrece muchos paseos posibles y rutas de montaña. Algunas de ellas conducen hasta las antiguas fortificaciones austro-húngaras, anteriores a la Primera Guerra Mundial. Y también camino de Insbrück, por el paso del Brennero, existen fortalezas y trincheras. Muy al norte, en Bolzano, todavía en territorio italiano, los habitantes hablan alemán. No dejaron de hacerlo nunca tras la marcha de los austriacos.

Los jardines del Hotel Imperial y sus vistas sobre el lago son uno de los principales atractivos de Levico Terme, y no sólo por los veraneos de la emperatriz. Fuera del recinto está el Parque de los Habsburgo. En la comarca abundan los viñedos y las bodegas. Algunas pueden visitarse. Y los monasterios. No se parecen en nada a los de la Toscana. Más bien recuerdan a los de Waden-Wütenberg (Alemania).

Levico Terme está situado a 25 kilómetros de Trento. Imprescindible recorrerlos para conocer la capital de la provincia. Era noviembre de 2008. Era un sábado por la tarde. Había desfiles por las calles y plazas. Los veteranos soldados -hay que suponer que de la II Guerra Mundial- eran aplaudidos a su paso. Lucían antiguos uniformes de la División Alpina Italiana, pero sus elementos más característicos eran, sorprendentemente, los sombreros tiroleses, los tirantes y las botas de montaña. Eran italianos y parecían austriacos. La ciudad estaba de fiesta aquel día: se cumplían noventa años de la capitulación austro-húngara en la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Veinte años antes había fallecido la emperatriz Sissí y ya nunca, desde entonces, ni emperadores ni emperatrices de Austria volvieron al lago de Levico Terme para descansar. De ellos sólo queda el recuerdo de sus veraneos y la habitación de la popular emperatriz Sissí.

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