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PPLL
Viernes, 12 de agosto 2016, 15:59
En el barrio de Rioseco, adentrándonos al Real Valle de Guriezo, descubrimos un promontorio cubierto de un tupido bosque de encinas con un porte nada desdeñable para estas latitudes atlánticas. La encina cantábrica es un árbol endémico de los espacios más cálidos de nuestra tierra. Atípicas para los foráneos que buscan en nuestra comunidad los bosques de robles y hayas, estas masas forestales son una parte sustancial de la naturaleza de Cantabria.
Hoy ha amanecido un día nuboso con una lluvia suave que dura muy poco. Justo cuando el sol domina el cielo matinal nos guarecemos en este parque público que protege como un guardián una bella iglesia.
San Vicente de la Maza es la iglesia más importante de todo el extenso valle. Data del siglo XVI y es uno de los ejemplos renacentistas más interesantes de Cantabria. La gran portada del siglo XVIII de estilo barroco se asemeja a un enorme retablo.
Pasear por este bosquete relicto es un placer para los sentidos, un lugar perfecto para disfrutar en familia.
Para llegar hasta aquí
Hemos salido de la Autovía del Cantábrico al valle de Guriezo. Antes de llegar al céntrico barrio del Puente veremos un promontorio a la izquierda cubierto de vegetación donde destaca en la parte alta el campanario de la iglesia de San Vicente de la Maza. Podremos subir con el coche por una pista asfaltada atravesando el bosque de encinas hasta el mismo templo. Desde arriba divisaremos varios caminos que recorren el encinar acompañado por un vía crucis.
Aquí tienen la ubicación de Google Maps.
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