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María de las Cuevas
Sábado, 1 de abril 2017, 19:10
A medio camino entre la coliflor y la col, esta verdura tan hermosa como desconocida, se produce en España, aunque es de origen italiano. Hoy en día, nuestro país cultiva el 30% del total del su cultivo en Europa.
De la familia de las crucíferas, posee tantos nutrientes beneficiosos como sus parientes. Por su presencia física mucho más llamativa y su color verde lima, se trata de una verdura única y extraordinaria, tan bonita que se utiliza en floristerías para acompañar centros decorativos.
Al contrario de lo que se suele creer, no es un híbrido entre coliflor y brécol, sino de una variedad verde de coliflor italiana, de las más antiguas. También hay coliflores de color violeta y amarillo, pero ninguna tiene esa forma tan singular.
Esta verdura tan llamativa por la forma piramidal de sus brotes y un color verde lima, es de la familia de las crucíferas (coles, coliflores, brócoli, rábanos...) con un sabor algo más dulce que la coliflor. Por sus muchos nutrientes y sus propiedades anticancerígenas y anticolestero, se recomienda en la dieta semana.
Es prima hermana de las coles, brécol, coliflor, nabos, rábanos, berros, rúcula, cúrcuma, mostaza o colza. Con la diferencia que es menos flatulento, en el paladar se hace más dulzón que la coliflor y menos cargante que el brócoli. Admite muchísimas y muy sabrosas recetas y salsas como la mayonesa o la besamel.
Con respecto al desagradable olor tras la cocción de las coles, en el romanesco es menos fuerte. Se puede comer crudo, con un chorretón de aceite de oliva y se otras hierbas o con una cocción suave y corta que lo deje al dente y conserve su precioso color y añadirle un refrito de ajos.
Tesoro para la salud
Un alimento con muchos beneficios: diurético, anticancerígeno, cardiosaludable, reduce el colesterol, tiene mucha vitamina C, ácido fólico, potasio, fósforo... Beneficia a los riñones, debido a su efecto ligeramente diurético y depurativo de toxinas.
Produce unas moléculas anticancerígenas, isotiocianatos, que inhiben la división celular que da lugar a los tumores y estimulan la muerte de las células ya formadas. Para que se produzca esa reacción, la romanesco debe cortarse, trocearse o masticarse.
La col romanesco está en los mercados de septiembre a abril. Se cultiva sobre todo en Italia, España, la Bretaña francesa y el sur de Inglaterra. España planta más del 30% del total europeo.
Parecido a la coliflor pero con brotes piramidales.
Se puede preparar en ensaladas, como crudités acompañada de otras verduras y salsas para mojar. También se puede añadir con el mismo fin a sopas de miso, caldos y cremas al ir a servirlos.
Al vapor, estofado, papillote o el salteado breve son opciones muy adecuadas para su cocción, y de hecho suelen ser las más frecuentes. Si se quieren texturas firmes bastan 10 minutos; para dejarla tierna y pierda su bonito color lima harán falta de 20 a 30.
Con huevos revueltos
Vitamina C, potasio, fósforo y ácido fólico.
Una forma deliciosa y sencilla de tomarlo es con huevos revueltos. Se pica la cebolla, se cortan los espárragos y el romanesco, se pone en una sartén un poco de aceite y se rehoga todo hasta que este tierno, se condimenta al gusto y se rompe el huevo, removemos y listo. Le dará al plato un sabor diferente que merece la pena ir descubriendo.
Para hacer cremas, pochamos cebolla y puerro a fuego lento. Añadimos el romanesco en trozos, sin los troncos y limpio. Cubrimos con caldo y cocer a fuego lento 30 minutos. Una vez que esté blanda la verdura, la pasamos por la batidora y le agregamos un poco de nata para suavizar, un toque de comino al gusto, sal y pimienta.
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