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El Museo Altamira acoge hasta diciembre una exposición donde enseña las distintas técnicas utilizadas en la reproducción de las cuevas con arte rupestre, un recurso que se mueve entre la divulgación, la conservación y la investigación. Desde las primeras copias de los bisontes, una ... pintura de Paul Ratier (1880) y las fotografías de Emile Riviére (1897), pasando por bocetos y calcos, hasta los modelos en 3D, 'El arte de reproducir el arte. Pared, pigmento, pixel' está organizada en colaboración con el Pôle Internacional de la Préhistoire (Dordoña). La muestra destaca el valor de la copia a través de una inmersión en el fascinante universo de los facsímiles –físicos y virtuales– de las cuevas con arte rupestre: Altamira, Lascaux Centre Internacional de l'Art Parietal y la Caverne du Pont d'Arc en Francia.
Qué. Exposición 'El arte de reproducir el arte. Pared, pigmento, pixel'. Muestra desde los primeros dibujos del siglo XIX hasta los actuales modelos de reproducción en 3D.
Quién. Está organizada por el Museo de Altamira en colaboración con el Pôle International de la Préhistoire de Dordoña.
Dónde. En el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, donde permanecerá hasta el próximo día 9 de diciembre.
La exposición gira en torno a cuatro piezas fundamentales. Se trata del dibujo del techo de los polícromos de Altamira realizado por Paul Ratier, obra perteneciente a la colección del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS), realizada por encargo personal de Marcelino Sanz de Sautuola, descubridor del arte de Altamira, para ilustrar sus 'Breves apuntes' (1879); el montaje de dos fotografías en blanco y negro con el techo del gran salón de policromos, que se encuentra en el Museo de San Isidro de Madrid o los bocetos realizados por José Antonio Lasheras para el Plan Museológico y la réplica de la 'Vaca Negra' de Lascaux. El relato se cierra con un audiovisual, realizado expresamente para esta exposición por su comisaria, Carmen de las Heras, y en el que el espectador puede sumergirse, virtualmente, en la cueva de Altamira y compartir la vida recreada de las mujeres y hombres paleolíticos en su interior.
La inauguración, donde hubo palabras de recuerdo para los ya fallecidos Emilio Botín y José Antonio Lasheras, contó ayer con la presencia del director del Pole International de la Préhistoire, Gilles Muhlach-Chen; el subdirector general de Museos Estatales del Ministerio de Cultura, Miguel González Suela; el alcalde de Santillana, Isidoro Rábago; y la directora de Altamira, Pilar Fatás, además de Pedro Saura, entre otros. El recorrido por la exposición se apoya en fotografías y audiovisuales, instrumentos tecnológicos utilizados en la construcción y otros cedidos por el Instituto Geográfico Nacional de Cantabria, organismo encargado de realizar los trabajos topográficos y fotogramétricos para la réplica.
Así, mediante la fotogrametría, se llegó a definir de forma exhaustiva la topografía del techo de la sala de polícromos, llegándose a medir 40.000 puntos por metro cuadrado, hasta un total de 5.800.000 puntos. Junto a ello, se pueden contemplar paneles y maquetas sobre los diferentes yacimientos o las cámaras fotográficas de uno de los pintores de la Neocueva, Pedro Saura.
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