Si pasas de las procesiones, te proponemos otros planes en Cantabria

Si esta Semana Santa tiene la suerte de quedarse en Cantabria o caer por aquí, que sepa que le va a acompañar el buen tiempo. Por lo menos no va a llover. Y que hay muchos planes para poder pasar unas vacaciones inolvidables. Nuestros corresponsales, que conocen a fondo todos los puntos de la región que merecen una visita, le ofrecen todas estas propuestas. Habrá muchas procesiones y actos religiosos. Pero el día tiene muchas horas, así que seguro que también habrá tiempo para hacer turismo.

La Iglesia de Santa María de la Asunción es el monumento gótico más importante de Cantabria, actualmente abierto al culto en Castro Urdiales. La iglesia, que fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1931 -entonces Monumento Histórico Artístico-, y entra en la línea de revalorización de bienes inmuebles civiles y religiosos ubicados en el entorno del Camino de Santiago (Camino Norte), que está declarado Patrimonio Mundial. El interior está dividido en tres naves paralelas y un ábside poligonal y conserva piezas de gran interés, entre ellas dos figuras policromadas a tamaño natural: un Cristo gótico de madera de principios del XIV, y una Virgen de piedra de finales del siglo XIII o principios del XIV. Destaca el retablo del Santo Cristo, de estilo prechurrigueresco, con un lienzo de Zurbarán. El estilo de la iglesia está influenciado por el gótico francés de la zona normanda y por la catedral de Burgos que se construyó en la misma época.

También se puede visitar la antigua colonia romana de Flavióbriga se erigió en el área que actualmente ocupa el casco histórico de la villa, según se conoce por el análisis de su trama urbana y los hallazgos arqueológicos de la misma. El carácter defensivo y estratégico del lugar, así como la facilidad del establecimiento de redes comerciales, fueron factores determinantes para su ubicación. Hoy, un Centro de Interpretación exhibe este yacimiento que conserva vestigios de la antigua colonia. Un trazado ortogonal que se adivina en los fragmentos de calles y de construcciones privadas y públicas, como las termas cercanas. Flavióbriga fue uno de los principales puertos comerciales entre el norte de Hispania y la Galia -incluso se llegó a amurallar la ciudad entre los siglos I y III-. Fue, a la vez, la única colonia romana de la costa cántabra.

La nueva imagen del Faro del Caballo de Santoña es un aliciente de sobra para calzarse las playeras y adentrarse en el monte Buciero con destino a esta paradisíaco lugar. Eso sí, la actividad solo es apta para personas en condiciones física favorables y es obligatorio ir con vestimenta deportiva y siempre provistos de agua. El descenso (y ascenso) de los 763 escalones tendrá como recompensa la postal de esta torre enclavada en los acantilados del monte Buciero y escoltada- sobre todo si luce el sol- de unas aguas turquesas que hipnotizan la mirada. La magia y singularidad del lugar bien valdrán agujetas que los visitantes sufrirán al día siguiente.

Otra alternativa, para los que no se vean preparados para afrontar la ruta del Faro es visitar el Fuerte de El Mazo, que estos días celebra jornadas de puertas abiertas. Se puede disfrutar de la fortificación de Napoleón desde el Jueves Santo al domingo, de 10.00 a18.00 horas, y conocer su interior a la vez que se contempla desde lo alto todo Santoña. Además, los visitantes podrán participar en una yincana familiar en el entorno del histórico inmueble.

El faro de Ajo -conocido ya como el faro de Okuda- es otro de los rincones a conocer dentro de la lista de planes para estas vacaciones. Se puede recorrer los caminos de la finca en la que se erige la multicolor torre disfrutando de la vista de los acantilados y de mar Cantábrico – se llega a otear Santander- desde el punto más septentrional de la región. A lo largo del itinerario hay bancos para descansar, paneles sobre la flora y fauna y catalejos para divisar las aves. Y, prácticamente obligatorio, es recorrer el poco más de un kilómetro que separa el faro de la Ojerada. Se trata de dos ojos, a modo de túnel, que le han salido a las rocas -un curioso capricho de la fuerza de las olas- que parecen prismáticos que acercan la visión del mar Cantábrico.

En el Ecoparque de Trasmiera también disponen de un sinfín de planes para llevarse una experiencia inolvidable de Arnuero. Desde visitas teatrilizadas en el molino de Santa Olaja hasta un paseo al monte Cinco para contemplar desde su torre-mirador el mar, pasando por la Casa de las Mareas para adentrarte en el hábitat de las marismas. Para los más andarines una propuesta que no falla es la ruta los acantilados de Isla y la ruta de la ría de la Arena, perdiéndose entre encinas, arenales y palacio.

Laredo mantiene intactos sus atractivos para disfrutar de escapadas que culminen en su espectacular playa Salvé o se adentren entre las rúas de su Puebla Vieja. Quienes gusten de una incursión más aventurera tienen en el entorno de La Atalaya una tentación irresistible para disfrutar de espectaculares panorámicas sobre el entorno urbano y sobre el fantástico litoral. Precisamente en las entrañas de este monte se excavó el Túnel de la Soledad, con el objetivo primordial de dar acceso al puerto de enfilación norte con el que en 1863 se pretendió eludir la eterna pesadilla de la arena en las sucesivas dársenas laredanas. Aquel empeño acabó en naufragio frente a la voracidad del Cantábrico. Pero dejó a la villa pejina una travesía de apenas doscientos metros que depara una de las mejores sorpresas para el recién llegado. La decoración de paredes y techos con graffitis que simulan un oceanario, con la firma del artista local Steve Camino, añaden un aliciente para el disfrute de la travesía de grandes y pequeños.

La Semana Santa se asoma como una excusa fabulosa para descubrir el bucólico paraje en el que se asienta la Encina de San Roque en Colindres. Este flamante ejemplar, de casi 400 años, ostenta el título de Árbol de España 2023, y recientemente quedó en sexto lugar en la elección del Árbol Europeo del Año. Su supervivencia es hoy el icono de un ambicioso proyecto de reforestación. E ilustra sobre una época histórica en la que Cantabria sufrió las talas masivas para abastecer a las pujantes industrias navales, fábricas de cañones y ferrerías asentadas en su territorio.

Llegar a las inmediaciones de la ermita de San Roque implica adentrarse en Colindres de Arriba. Espacio fundacional de esta villa marinera que conserva todo el encanto de la historia desplegado en casonas de gran presencia que asoman en una ruta salpicada de un vergel que sorprende por la profusión de limoneros y naranjos. Una presencia explicada por la importancia que tuvo su puerto en la exportación marítima, en cuyas travesías los cítricos resultaban imprescindibles para la tripulación.

La Torre del Reloj o del Otero se encuentra ubicada en un montículo elevado, lo que permite una espectacular vista de Limpias y las poblaciones cercanas de La Agustina, Carasa, Colindres o Treto. Con una altura de 12,20 metros, la Torre del Reloj tiene una planta cuadrada, con muros de mampostería y sillares en esquinales y vanos, y una estructura dividida en tres cuerpos que van decreciendo en altura y sección. El principal interés de esta edificación radica en el valor que esta torre tuvo para los vecinos de Limpias y alrededores, gracias a la cual podían escuchar la hora oficial. También se la atribuyen otros posibles usos como faro o torre de vigilancia o de comunicación, por su ubicación estratégica y dominante en el territorio. Su construcción fue impulsada por el Conde de Albox. Y cuenta la leyenda que lo hizo para evitar el asedio de los vecinos a la voz de 'Señor Conde, ¿qué hora es?'.

La patrona de Cantabria encuentra cobijo en el santuario erigido en el lugar de Somahoz, dentro del barrio de Marrón, en el municipio de Ampuero. Allí se custodia la imagen a la que rinden devoción los cántabros, custodiada desde 1908 por la Orden Trinitaria. La Virgen Bien Aparecida es una pequeña imagen, de 21,6 centímetros de altura. Fue esculpida, dorada y policromada según los dictados del estilo gótico flamenco del siglo XV. Sigue los patrones de aquellos talleres: de pequeño tamaño por ser para uso doméstico, con Niño en su brazo derecho y ataviada con la vestimenta propia de las mujeres flamencas de aquella época; y con la particularidad de la cándida mirada de la Virgen al Niño mientras le ofrece lo que aparenta ser una hogaza de pan.

Disfrutar de un espectacular entorno natural y descubrir el estilo de vida del Paleolítico es posible durante la visita al entorno de la Cueva del Valle, situada en el barrio de Helguera de este municipio del Asón. Un paraje que los lugareños conocen como la Viejarrona, donde nace el río Silencio, en una metáfora de las sorpresas que aguardan al visitante. A lo largo del paseo asoma un lavadero de mineral y la boca de una antigua mina. A través de distintos paneles informativos se recrea el ecosistema vegetal y animal de una época a la que pertenece la imponente figura de un mamut recreada a escala natural. Un acierto seguro para entretener a pequeños y mayores.

Conocido como la capital del Mundo, en clara referencia a los indianos que en su emigración de ida y vuelta contribuyeron desde el mecenazgo al auge del municipio, en Arredondo es muy recomendable, además del recorrer su trama urbana, acercarse al paraje donde nace el río Asón que da nombre a toda la comarca.

Un lugar en el que el agua se precipita desde 70 metros desde lo alto de la cascada de Cailagua. Esa lámina de agua, en su coqueteo con el sol, da lugar en multitud de ocasiones a un despliegue del arco cromático, haciendo bien ganada la fama de 'Lugar donde nace el Arcoiris».

En el valle de Buelna, con el buen tiempo que se presume para esta Semana Santa hay dos opciones para disfrutar en familia de rutas por la naturaleza que no dejan indiferente a nadie. Una en Los Corrales de Buelna, la de la Canal. Un paseo no demasiado complicado por un bosque magnífico entre cascadas, grandes árboles y piedras que parecen colocadas por gigantes. El punto de partida es el Potro de San Andrés (Somahoz de Buelna), tomando el camino hacia el sur. El resto está bien señalizado. La ruta termina en el refugio de montaña del monte Brazo, desde donde una carretera devuelve al paseante a Los Corrales con vistas inigualables sobre el valle.

En San Felices se recomienda la ruta de la mitología y el costumbrismo del monte Tejas. También señalizada, para llegar hay que entrar en el pueblo de Tarriba y dirigirse hacia la cueva Hornos de la Peña. Ahí ya se empiezan a ver las primeras figuras. Muy cerca hay un gran aparcamiento. Especialmente pensada para el público joven.

Cuando llega la primavera, las montañas descarnadas que rodean el puerto de Lunada en San Roque de Río Miera son una buena opción para practicar senderismo. En San Roque y en La Concha se puede parar a tomar un aperitivo o refrigerio antes de elegir camino.

Hay dos opciones o recorrer desde La Concha la senda fluvial del Miera rodeada de montañas y cabaña pasiega, que está indicada perfectamente a través de paneles en este pueblo o ascender al puerto de Lunada, ya sin nieve, para disfrutar de un paisaje espectacular a través de su red de miradores. El más conocido por su espectacular paisaje es el de Covalrruyo. También se puede visitar Casa del Rey, un antiguo polvorín y refugio pasiego que servía a las fábricas de artillería de La Cavada y Liérganes.

El Palacio de Sobrellano en Comillas es uno de los recursos turísticos estrella de la costa Occidental. De paso también se puede pasar por el Capricho de Gaudí y disfrutar en general de todo el arte modernista que embellece la villa, como la antigua Universidad Pontificia, con su Iglesia recién restaurada, el antiguo cementerio, la playa y el coqueto puerto.

El acantilado de Bolao, en Cóbreces (Alfoz de Lloredo), ofrece una panorámica inigualable del Mar Cantábrico, que se quedará grabada en la retina.

En Cabezón de la Sal, no se puede dejar de visitar el impactante bosque de las secuoyas, situado en la carretera que separa a este municipio de Comillas. El enclave, en plena naturaleza, hará que quieras volver una y otra vez.

También en Cabezón está el Poblado Cántabro, una recreación de cómo vivían nuestros antepasados hace millones de años. El complejo museístico cuenta con algunas cabañas visitables y la oficina de turismo ofrece además la posibilidad de realizar talleres infantiles para reproducir estas viviendas con barro. El Museo del Traje Regional, el Museo Textil, el calabozo del siglo XVIII y en general su casco histórico son también lugares a visitar.

Si uno continúa hacia el interior de Cantabria, descubrirá el deslumbrante Valle de Cabuérniga, con sus extensos terrenos y sus casonas antiguas, donde se respeta la arquitectura tradicional y donde aún se puede encontrar algún artesano de las albarcas. El pueblo de Carmona forma parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España. Una asociación a la que también se ha adherido el pueblo de Bárcena Mayor, en Los Tojos, que es un ejemplo de tradición, paisaje y gastronomía de Cantabria.

Antes de llegar a Carmona, uno se encontrará con el pueblo de Ruente, donde merece la pena sentarse a comer y visitar la famosa Fuentona de Ruente.

Las Rutas por la Costa Quebrada son un clásico. Son recorridos por la senda costera que atraviesa los municipios de Bezana y Piélagos y en la que se pueden apreciar la geomorfología de los acantilados, huellas de la formación de los continentes.

La localidad de Liencres, en Piélagos, acogerá esta Semana Santa un nuevo mercado agroalimentario y artesanal, en cuya organización colabora el Ayuntamiento de Piélagos. Durante el evento, que se celebrará desde este jueves, 6 de abril, y hasta el domingo, día 9, en la Plaza de Adolfo Suárez de la localidad, habrá degustación de productos cántabros y animación infantil con hinchables y pintacaras. El jueves, viernes y sábado, este mercado abrirá en horario ininterrumpido, de 10.30 a 20.00 horas, mientras que el domingo lo hará únicamente en horario matinal, de 10.30 a 16.00 horas.

La antigua cantera de Cuchía (Miengo), inmersa en un plan de recuperación ambiental y pendiente del comienzo de otro, ofrece la posibilidad de pasear en un entorno que nada tiene que ver con el de hace unos años. Varios grupos de animales, entre ellos más de cuarenta burros, participan en el programa y se pueden contemplar en el agradable paseo.

Además, hay una excursión muy bonita que consiste en salir desde la playa de Marzán por la pasarela que cruza el primer humedal viendo todo ro cordón dunar. Y luego, subir a la punta de la Cruz, que está señalizado. Seguidamente, nos adentramos en los humedales, donde se puende ver una gran variedad de aves, aparte del ganado. Sin hacer paradas, el recorrido es de media hora aproximadamente.

Para los amantes de la naturaleza, la Semana Santa es un momento perfecto para visitar zonas donde habitan dos de las aves más curiosas y bellas con las que cuenta Canabria. Para ello viajaremos desde e litoral al interior. Entre Ribamontán al Mar y Marina de Cudeyo, en la ría de Cubas y la Marisma del Conde nos encontramos con las águilas pescadoras. Un proyecto pionero de reintroducción de esta especie ha hecho posible que se puedan avistar. Se hacen visitas guiadas en barco que organiza el ayuntamiento de Marina de Cudeyo en colaboración con Ecoturismo Bahía de Santander.

A pocos kilómetros de allí, en el pantano de Heras también podemos dar un paseo y avistar una de las mayores colonias de cigüeñas del norte que han crecido en una finca particular junto al humedal. Un poco más hacia el interior, en Campoo de Enmedio también podemos divisar cigüeñas en otra colonia importante ubicado en Villaescusa de Ebro, localidad que ganó una edición del pueblo de Cantabria.

La promocionada Ruta de la Nacional 623 puede ser una buena opción para hacer algo diferente en Semana Santa. Partiendo desde el núcleo de Ontaneda, donde podemos disfrutar de sus balnearios y los obradores de helados y sobaos pasiegos, podemos ascender hasta el Puerto del Escudo, atravesando el núcleo histórico de Alceda y sus imponentes edificios.

Tras ascender por el Escudo, merece la pena detenerse a conocer cada uno de sus pueblos, muy peculiares, y semiabandonados con fincas de cerramiento pasiego, piedra sobre piedra. En el alto del puerto, todavía se puede visitar la enigmática pirámide-monumento a los italianos que cuenta ahora ya con una orden de derribo en base a la ley de memoria histórica. Un lugar desde el que divisar en un alto el pantano del Ebro en Campoo, otro lugar a visitar.

Una de las opciones de la zona occidental de Cantabria es visitar el Faro Punta de la Silla, situado junto al casco urbano de San Vicente de la Barquera sobre un impresionante acantilado junto a la entrada del puerto barquereño. Este faro acoge en la actualidad el Centro de Interpretación del Parque Natural de Oyambre, ofreciendo en su interior una muestra sobre los principales valores ambientales de este espacio protegido. Desde su exterior se puede contemplar una espectacular panorámica del rompeolas de San Vicente, la playa de Merón y los acantilados. Precisamente desde esta instalación comienza la ruta de los acantilados, una agradable senda con bonitas vistas del litoral que finaliza en la ensenada de Fuentes, una pequeña cala encerrada entre rocas.

Tudanca es uno de los pueblos mas bellos de Cantabria, enclavado en el corazón del valle del Nansa, y declarado conjunto histórico artístico desde el año 1983. Se accede por la carretera CA-281 y está a 18 kilómetros de Puentenansa y a menos de 35 de la Cueva del Soplao. El paisaje del valle es un atractivo para el visitante en cualquier época del año, lo agreste del relieve, la fauna y la flora, convierten el viaje en un espectáculo en sí mismo. Las condiciones orográficas y de conservación del conjunto motivan que no esté permitida la circulación de vehículos en el pueblo. Existe un aparcamiento a la entrada con plazas para autobuses y coches particulares. Cuando llegamos a Tudanca, un recorrido por las estrechas calles del pueblo, con elevadas pendientes nos acercan hacia la Casona, que se encuentra en la zona media del núcleo.

El indiano Pascual Fernández de Linares, tras hacer fortuna en Perú, volvió en 1752 a su pueblo y mandó contruir esta edificación para mostrar su riqueza. Convertida en museo en 1982 y declarado conjunto histórico artístico en 1983, cuenta con destacados manuscritos literarios relacionados con la Generación del 27 y una destacada colección de arte y mobiliario. Los visitantes con problemas de movilidad pueden llegar hasta la Casona en coche, si bien éste ha de retirarse al aparcamiento y volver a recogerles una vez finalizada la visita. Dadas las especiales características del edificio, no pueden acceder más de 20 personas simultáneamente.

El arte y la literatura, tienen una representación significada, pero también el mobiliario que desde 1752 fue incorporado a la casa, por los diferentes propietarios, piezas de uso cotidiano, junto a obras realizadas por aristas de primer nivel, conforman una colección heterogénea y particularmente valiosa.

La senda fluvial del Nansa es una de las rutas mas atractivas que ofrece Cantabria. En su recorrido sorprende a todos los que la realizan por su extraordinaria belleza, diversidad y porque permite a la mayor parte de las personas, si no padecen problemas importantes de movilidad, realizar este recorrido que discurre entre las localidad de Muñorrodero (Val de San Vicente) y Cades (Herrerías), pegado al río, utilizando para ello la antigua senda que recorrían los pescadores del Nansa, pero con la gran diferencia que ahora cuenta con pasarelas, pequeños puentes o escaleras, entre otros elementos, todos ellos de madera, para facilitar su uso por la mayor parte de los ciudadanos. Todo ello se complementa con una perfecta señalización que permite adentrarse sin problemas en este entorno singular que anteriormente resultaban inaccesibles, descubriendo paisajes vírgenes e impresionantes. A ello se une que el recorrido cuenta con un escaso desnivel, por lo que no requiere de una gran exigencia física para poder realizarlo.

Si hay un lugar que se ha convertido en un paseo obligado para los miles de visitantes que llegan cada año a la villa de Potes, ese es su paseo fluvial junto a los ríos Quiviesa y Deva, un recorrido que lo pueden realizar desde niños hasta personas mayores, y que dispone de varias zonas de acceso, para que puedan disfrutar del mismo personas discapacitadas o matrimonios con sus bebés. Además, la frescura de poder pasear junto a la orilla del río, hace que sea el lugar elegido para refugiarse en los días donde las temperaturas son más altas, poder mojar los pies sentados al borde del agua, o incluso, darse un chapuzón en las pozas que se encuentran durante el paseo.

La senda fluvial, recorre la margen derecha de los ríos Quiviesa y Deva, y se inicia junto al puente medieval de San Cayetano, en el casco antiguo de la villa lebaniega, donde además de poder observar a las truchas, contemplaremos los patos y ocas que se han convertido en una atracción turística en el paseo.

Desde el puente de San Cayetano, que tiene el acceso al paseo junto a la ermita del mismo nombre, pasaremos por debajo del puente nuevo, construido después de la guerra civil española por Regiones Devastadas, llegando poco después al denominado puente de La Cárcel, en alusión a la antigua prisión que se encontraba en el interior de la Torre del Infantado.

Al pasar el puente, contemplaremos la unión del río Quiviesa al río Deva, que desciende desde Fuente Dé. Aquí, hay una de las pozas más concurridas durante los días de fuerte calor, además de la subida a la calle Independencia, que comunica con La Plaza, por medio de escaleras.

Seguimos adelante, dejando a nuestra izquierda el edificio del IES Jesús de Monasterio, desde donde también hay una senda que nos acerca hasta la unión de los dos ríos, y antes de llegar al siguiente puente, que comunica con los edificios educativos de la villa, tenemos la opción de salir a la calle San Roque, subiendo por escaleras o por medio de una pasarela.

Poco después, continuando junto al río, llegaremos hasta el final del recorrido en Las Vegas, donde de nuevo hay varias pozas, así como un lugar de descanso con mesas y bancos, y donde finaliza el bonito recorrido, para ascender por la carretera que desde Las Vegas, nos llevará hasta la calle San Roque.

Durante todo el recorrido también encontramos paneles explicativos de fauna, flora y la actividad que se desarrolló en la zona, y si al oscurecer el viajero quiere disfrutar de un rincón tranquilo, donde oirá el sonido del río, contemplando la villa de Potes de noche, podrá hacerlo, porque el Ayuntamiento ha instalado farolas que iluminan todo el paseo.

En todo el trayecto además del arbolado típico de ribera, con chopos, fresnos o sauces, podremos ver las truchas moverse en el río, ya que es además una zona de pesca sin muerte, junto a aves como la lavandera o el mirlo acuático, y en alguna ocasión hasta la nutria recorre estos parajes tan singulares.

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