Una Navidad cooperativa y sostenible en Galizano y Riaño

Más de 400 cajas de leche tenían ya preparadas en el local de la Junta Vecinal de Galizano a mediados de la semana pasada. Pero el número no se va a quedar ahí, y tal y como está planeado la cantidad de tetrabrick todavía crecerá en unos cuantos cientos, hasta alcanzar los 600, concretamente. Los recipientes están siendo unidos para crear las alturas del árbol y, a su vez, son pintados. Pero no de verde, sino de naranja, haciendo que la creación sea todavía más característica. «En realidad es porque nos sobró pintura de un proyecto anterior, y aquí hay que aprovechar todo lo que tenemos», apuntan los responsables de la iniciativa.

Llevan ya cuatro fines de semana de trabajo, en el que además han colaborado otras casas del pueblo facilitando sus cartones de leche. También han recogido tapones de los puntos de reciclaje. «Nosotros nos apuntamos a un bombardeo, nos gusta encargarnos de proyectos como este», reconocen.

En total son una decena de personas las que, mano a mano, están colaborando para levantar el árbol de Navidad de Galizano. Muchos de ellos son también parte activa cada año de la Cabalgata de Reyes de los pueblos de la zona, que está declarada de Fiesta de Interés Turístico Regional.

Sin embargo, es la primera vez que este grupo ha trabajado en la creación conjunta de un árbol navideño que será colocado en la plaza de Galizano junto a su Iglesia. Calculan que medirá «cuatro metros», pero eso no se sabrá con certeza hasta el momento en el que todas las piezas se ensamblen. El encendido oficial será en un evento el próximo sábado 21. El proyecto cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Ribamontán al Mar, que además de crear la plataforma se encargará de la iluminación.

En Riaño, por el contrario, han optado por un montaje de menos cajas, pero mucho más grandes para la construcción de su árbol. En total serán 28 los tanques ganaderos dispuestos de forma piramidal. No es la primera vez que este grupo de gente realiza este original proyecto, ya lo hicieron hace un par de años, pero esta vez será «bastante más grande», aunque prefieren no concretar alturas para no eliminar del todo el siempre anhelado elemento sorpresa.

Esta semana, en la cancha de las antiguas escuelas de Riaño, descargaban todos los bidones, con una capacidad de mil litros, que son proporcionados por uno de los residentes de la localidad, Gregorio García. Luego, cada uno de ellos será llenado de agua hasta la mitad, para evitar que el montaje se venga abajo por el viento. Además, cada módulo llevará incorporado un sistema de iluminación de colores cambiante. De esto último se encarga un grupo de unas seis personas, entre chavales de instituto y jubilados, que trabajan conjuntamente. «No es muy difícil de montar», reconoce uno de los jóvenes, David Aja, restando importancia.

En este proyecto vecinal colaboran más de 30 personas, lo que habla de la gran capacidad de impulso que tiene esta localidad de apenas 200 habitantes. «También arriman el hombro muchas familias con segunda residencia», apuntan. Además, han conseguido fomentar las relaciones intergeneracionales desde que hace tres años impulsaran sus Navidades, porque hay participantes con edades que oscilan entre los 14 y 80 años. «Yo ayudo desde el primer año porque me pareció muy buena idea que nos moviéramos para que hubiera vida en el pueblo», recuerda Aja, que ahora tiene 22 años.

Cada Navidad consiguen tener un pueblo decorado pese a los pocos medios económicos de los que disponen y logran sorprender, algo que no es fácil en una época en la que parece que ya está todo inventado. «Cada uno aporta lo que está en su mano, es un proyecto de coste cero», confirma una de las impulsoras, Pilar Abascal. De esta forma, por ejemplo, uno de los colaboradores, que es carpintero, se responsabilizar de crear una gran estrella para el árbol.

En 2016, el primero en el que los vecinos se pusieron manos a la obra con la Navidad, se hizo un árbol de 15 contenedores; en el 2017, se optó por uno de paraguas blancos iluminados y 2018 con garrafas blancas y rojas recicladas. Este año ha querido volver al primero, pero mejorando y ampliando la propuesta.

El encendido será el día 28 con 'El día del cartero real', en el que los niños harán llegar sus cartas a los Reyes Magos. La celebración contará con un nacimiento viviente, animales y una exposición de oficios antiguos. Todo ello gracias a los vecinos, con la colaboración de la Comisión de fiestas, Asociación Amigos de Riaño, Junta vecinal de Riaño y el Ayuntamiento de Solórzano.