RESTAURANTE EL EMPERADOR, LAREDO / Nueva y exquisita cocina tradicional en Laredo

A finales del pasado mes de junio se inauguró en Laredo un nuevo restaurante, muy céntrico y bien decorado, que no pasa desapercibido para el cliente que valore la cocina tradicional, bien presentada e interpretada por un chef con criterio como Mario Armesilla, antes en la Torre de Ruesga para la que consiguió la distinción de formar parte del Club de la Restauración de Cantabria.

El proyecto responde a la iniciativa del matrimonio riojano formado por Ignacio Muñoz y María Jesús Matute, y sus hijas Yolanda y Naroa, con experiencia en hostelería en el País Vasco y con ganas de ofrecer en Laredo una cocina suculenta a partir de una materia prima de calidad contrastada.

El local es sumamente agradable, decorado con principios clásicos y con motivos que evocan a La Rioja. Cuenta con dos ambientes, una planta baja de barra y comedor, y una planta superior más reservada.

Los comienzos han tenido una gran aceptación en la clientela de la villa pejina y parte esencial de este éxito es la mano en la cocina de Mario Armesilla, un cocinero que maneja el producto con respeto y que cuida al máximo la presentación, sin sobrepasar los límites de marca la cocina tradicional y sin nada que envidiar de la cocina moderna.

Especialidades

La carta, sin llegar a ser muy exhaustiva, es bastante completa y equilibrada, ya que en el día a día se juega con las recomendaciones, entre las que destacan los pescados «de bote», frescos y salvajes, que han sido desde la apertura lo que más ha 'triunfado'.

En primer lugar de la carta destacan los entrantes fríos (lomo, jamón, espárragos...), las ensaladas -hasta siete variedades- y los entrantes calientes (micuit, exquisitas croquetas de jamón ibérico con una original costra de almendra, revuelto de huevas erizo, cilindro de calabacín rellenos de cangrejo, parrillada de verduras o un plato de cuchara).

El punto fuerte son los pescados y mariscos..., como la merluza, el bacalao, las almejas, un sobresaliente rape, las gambas, los langostinos..., a los que se suman cada día las capturas de los pescadores locales, salvajes y frescas.

En carnes, la propuesta también es clásica, chuletillas, lechazo, estofado de jabalí, solomillo, entrecot, manos de cerdo...

Finalmente, los postres son otra especialidad en sí misma, ya que Mario tiene mano para sorprender al comensal con dulces, helados, mousses, hojaldres...