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G. BALBONA
Jueves, 29 de marzo 2007, 03:28
Simbolismo, homenaje y coherencia artística a un estilo creativo reconocible son las señas de identidad del nuevo mural que rendirá homenaje en Santoña a los cinco desaparecidos del pesquero 'Nuevo Pilín'. La obra del artista santanderino Roberto Orallo, que responde a todas las claves y formas de su pintura, es en realidad un homenaje rotundo «a los navegantes de Cantabria que murieron en la mar».
La Nave Taller del Puerto de Santoña acogerá el próximo sábado, día 31, a partir de las 12 horas, la inauguración oficial del mural creado por Orallo en recuerdo de los cinco marineros que fallecieron hace casi dos años y medio. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, presidirá el acto que contará con la asistencia de diversas autoridades.
El montaje de las piezas de las que consta la composición del mural, con una superficie de 350 metros cuadrados, está prácticamente ultimado y tan solo queda colocar algunos de los paños o planchas de aluminio en el muro destinado para su ubicación.La firma Serisan ha colaborado en la estructura de este proyecto impulsado desde la Consejería de Obras Públicas y Vivienda-Puertos de Cantabria, que sacó a concurso una obra que el artista define como «muy conceptual y de tema muy universal». Según confiesa Orallo, el mural ha sido «el pago de una deuda con la mar y sus gentes, que siempre han rodeado mi espacio creativo». La concepción original del trabajo se centró desde su arranque en los colores porque, en opinión de Orallo, «al tratarse de un mural tan ligado a los hombres y mujeres del mar, pensé en la necesidad de un símbolo claro, emblemático». La iconografía de esta creación, integrada por más de un centenar de paños o placas de aluminio de 1 por 3 cada uno, que cubren la superficie se rompe con la presencia gráfica de un barco, que alude al naufragio, con una vía de agua abierta. El resto es puramente color representando el mar y los montes con gamas frías y cálidas. La superficie se diferencia en amarillos y naranjas que apuntan a un nuevo amanecer, «intentando que esta coloración predominase para dar una idea optimista». El mural, además, va salpicado de óvalos, «aunque aquí no se representan cabezas humanas -como en el resto de sus obras- sino que van en blanco». El objeto simbólico radica, dice el artista, en que «todos aquellos que hayan perdido un familiar en el mar identifiquen un óvalo con esa persona». Pese al homenaje colectivo, la obra incluye cinco espacios en negro -aprovechando un nivel diferente en la superficie del muro original de la nave- que aluden, directamente, a los cinco pescadores desaparecidos en el 'Nuevo Pilín'. Pero, sobre todo, «quiere ser un sentido recuerdo, de respeto y de cariño, con aquellos que salieron un día a la mar y sólo han vuelto en nuestros corazones».
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