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AINHOA DE LAS HERAS
Carranza
Miércoles, 2 de febrero 2022, 09:14
Tres de los nueve investigados por el crimen de Carranza llevan un mes en prisión preventiva. El resto quedaron en libertad, cuatro de ellos con cargos. A cinco de los jóvenes, entre los que se encuentran los tres encarcelados, la Ertzaintza les acusa de ... homicidio y a otros dos del delito de encubrimiento. La Fiscalía recurrió la puesta en libertad de los dos jóvenes que estaban acusados del crimen junto a los que fueron a prisión y las defensas apelaron también el ingreso en prisión de sus clientes, por lo que la Audiencia vizcaína tendrá que decidir en las próximas semanas sobre ambos asuntos, si deben ingresar unos en la cárcel o quedar en libertad los otros.
Se trata de un caso muy complejo. Nehemías Misael Centeno, nicaragüense de 31 años, desapareció el pasado 28 de noviembre en Carranza y su cuerpo fue encontrado flotando en el río en Ramales de la Victoria (Cantabria) tres días después. Estaba desnudo y presentaba un fuerte golpe en la cabeza. Según el informe preliminar de la autopsia, las marcas en el cadáver apuntarían a que fue sujetado y golpeado por «al menos dos personas» y que después fue arrojado al agua estando ya inconsciente. La última vez que se vio al joven con vida fue a medianoche, cuando salía huyendo de un pub, en el barrio Ambasaguas de Carranza. Había mantenido un encontronazo con un cliente habitual que tomaba una consumición en el local con sus amigos. Cuando cruzaba la puerta, Misael arrojó su vaso de cerveza al interior y el vidrio impactó en el pecho de un individuo y salpicó a varios más.
El medio centenar de personas que se encontraban en el pub donde se registró el incidente han ofrecido declaraciones contradictorias y han tenido que ser interrogados en dos ocasiones por la Ertzaintza. Los investigadores y la fiscal creen que algunos testigos han ocultado datos de manera intencionada.
Clima de temor
Varios de los presentes coinciden en que al menos los cinco jóvenes acusados del homicidio salieron corriendo tras Misael y que al cabo de un cuarto de hora regresaron visiblemente alterados. Al menos una persona escuchó que se referían a una posible agresión y que mencionaban algo de un cuchillo. A partir de ese momento, nadie volvió a ver al joven nicaragüense. Una de sus amigas le llamó al móvil sobre las doce y media de la noche y ya no funcionaba. Entonces, ella y otro conocido salieron a buscarle por los alrededores del campo de fútbol por donde supuestamente había escapado, pero no le encontraron, sólo hallaron su chaleco.
Tiempo después de regresar al bar tras el altercado, sobre las dos de la madrugada, el grupo perseguidor se marchó en varios vehículos, precisamente hasta Ramales.
Ertzaintza y Fiscalía mantienen que el grupo se puso de acuerdo en borrar las conversaciones de whatsapp que mantuvieron el día siguiente y que se creó en el pueblo un clima de temor por el carácter violento de los presuntos implicados que explicaría que algunos testigos hayan omitido datos.
La principal hipótesis que barajan los investigadores es que el joven fuera arrojado al río y que la corriente le arrastrara hasta donde después fue hallado, a siete kilómetros de distancia, pasado ya el límite con Cantabria. En días previos había habido fuertes precipitaciones y el cauce bajaba muy crecido.
Las defensas han pedido al juzgado que informe de dónde se encuentra el cadáver de la víctima, que fue repatriado y enterrado en su país de origen por decisión de su familia.
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