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En el cóctel perfecto que ha desencadenado las inundaciones del día 29 de noviembre y del jueves pasado, se juntaron dos ingredientes clave: el desnieve por la ligera subida de las temperaturas y unas lluvias persistentes que han marcado registros históricos y que han ... calado el terreno hasta convertirlo en un manto empapado, incapaz de absorber una pizca más de humedad. Para hacerse una idea, en apenas 20 días -del 20 de noviembre al 10 de diciembre - se registró una acumulación de 650 litros por metro cuadrado en Ampuero, y de hasta 570 en Piélagos, dos de las localidades que han sufrido en mayor medida la furia de los ríos.
Puestas en contexto, estas cifras cobran mayor relevancia, y es que los registros anuales para las zonas más húmedas de la región -en las cuencas del Asón, del Miera y del Pas, donde se produce el máximo pluviométrico de Cantabria- suman unas medias anuales cercanas a los 2.000 litros por metro cuadrado. Sólo tres veces más de lo caído en sólo 20 días.
Aunque para meter miedo está la cifra de Tresviso. En los últimos veinte días acumuló 1.150 litros por metro cuadrado. Y en Santander se registraron 490 milímetros. «Han sido unas lluvias no muy intensas, porque en ese sentido deberíamos referirnos a muchas precipitaciones en muy poco tiempo, pero sí muy persistentes. Podemos decir que ha llovido mucho tiempo seguido», explica José Luis Arteche, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Cantabria (Aemet). «Eso lleva a que el suelo se empapa, no absorbe más... y si todo se junta al deshielo, pues tenemos las inundaciones que hemos visto en estas zonas que son más sensibles».
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Aemet publicó ayer el resumen de este noviembre meteorológico. Llovió mucho, tanto que es el cuarto más lluvioso desde que hay registros en 1961. «En 2019 fue todavía más húmedo y es bien reciente», recuerda Arteche.
¿Qué ha sucedido para que llueva de forma tan persistente? La borrasca, como una batidora en el Cantábrico, ha traído toda la humedad del mar que se ha quedado sobre todo en las cuencas altas de los ríos, al chocar con la cordillera. Luego, hacia abajo, todo ha sido acumulación.
El respiro llegará este domingo, cuando está previsto, según Aemet, que las nubes dejen paso a los cielos despejados. «Podemos esperar que la semana comience con anticiclón, sin lluvias. Incluso es de esperar que podamos disfrutar de una bonita tarde de domingo», avanza Arteche. «¿Es una mejoría de tiempo que estamos esperando todos, no?».
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