Ampuero da un paso decisivo para ampliar el IES José del Campo

La ampliación del complejo, que este curso celebrará su 57 aniversario, ha sido una asignatura pendiente en las últimas décadas. Las solicitudes en este sentido a la Consejería de Educación han caído sistemáticamente en saco roto.

Sin embargo, la situación acaba de dar un giro con la reciente adquisición, con fondos municipales, de 15.000 metros cuadrados de fincas adyacentes. Una maniobra en la que el Ayuntamiento de Ampuero, que encabeza el alcalde Víctor Gutiérrez, ha invertido 150.000 euros para dinamitar el principal obstáculo que impide ampliar el instituto: la falta de espacio en un enclave idílico situado en el barrio Rocillo.

El siguiente movimiento llegará este jueves en el salón de plenos. Allí, una moción del grupo municipal socialista trasladará la determinación de la corporación de poner los terrenos adquiridos a disposición del Gobierno de Cantabria «para que realice la ampliación del centro educativo José del Campo de Ampuero de manera urgente, con el objetivo de dotar de unas instalaciones dignas a Ampuero y toda la comarca del Asón».

La moción será trasladada a todos los municipios afectados por un centro cuya expansión se considera crítica para dar un mejor servicio. Entre otras ventajas, se ganará en seguridad, ya que en la actualidad las entradas y salidas son un embudo que requiere de la presencia de la Policía Local para encauzar un tráfico de coches y autobuses en un espacio minúsculo donde cualquier despiste puede resultar fatal para la integridad de estudiantes y docentes. Parte de la superficie adquirida se destinará a ampliar la zona de aparcamiento, lo que hará desaparecer el problema.

Víctor Gutiérrez señala que, «hasta ahora, desde la Consejería de Educación nunca han hecho caso a las reivindicaciones efectuadas por las distintas corporaciones, pero ahora hemos despejado el camino para que hagan algo que reclama toda la cuenca del alto y bajo Asón».

Si logran culminar la estrategia, rendirán el mejor homenaje posible a aquel sacerdote del que el instituto toma nombre y que fue alma y motor, allá por 1965, de este instituto que marcó un antes y un después en el futuro formativo y laboral de los pueblos ribereños del Asón así como de las empresas allí asentadas.