Animado arranque de la Feria de Todos los Santos de Arredondo

La imponente iglesia parroquial de San Pelayo, de inspiración neoclásica, ha vuelto a ser el epicentro de la exposición de ejemplares. Su singular campanario-faro ha vuelto a ser trepado en su tramo inferior por intrépidas cabras ajenas a la expectación despertada. Los ejemplares situados a orillas del río Bustablado, junto al puente, también han gozado de gran poder de convocatoria entre quienes han acudido vara de avellano en mano, a contemplar la espectacular morfología, capa, hechuras y cornamenta de un ganado selecto.

Cabe reseñar la presencia de un grupo de tudancas llegadas desde Bustablado por cuenta de los hermanos Diego para mayor lucimiento del encuentro. Una presencia desinteresada que, junto a la del resto de ganaderías, ha sido agradecida por el alcalde, Leoncio Carrascal, entusiasmado con el fenomenal ambiente que se vive en esta jornada en el pueblo.

La de Arredondo, junto a la de Potes, Hoznayo y la de Reinosa, es una de las ferias con más renombre de Cantabria, y antaño lo fue de toda la cornisa cantábrica. En todo caso, las últimas ediciones han dejado a la vista un declive en cuanto a presencia de ejemplares, que llegaron a alcanzar incluso los dos millares décadas atrás. La jornada, que amaneció fresca, con apenas diez grados, se ha ido caldeando a medida que el sol ha ido disipando la débil niebla de este enclave situado a los pies del puerto de Alisas; en la confluencia de los ríos Bustablado y Asón, que estos días aún desciende con sosiego a la espera de las lluvias e incluso la nieve que son habituales en esta época del año.