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IRENE BAJO
Alto Asón
Viernes, 2 de abril 2021, 07:28
Un parque de atracciones natural. Este es uno de los atractivos que encuentra el visitante en el Alto Asón gracias a su privilegiada orografía, que dibuja un precioso paisaje repleto de montañas, vegetación y el río Asón bañando los pueblos de esta comarca. Recursos naturales que los vecinos han aprovechado para infiltrarse de manera respetuosa en la naturaleza y disfrutar de ella en sus momentos de ocio.
Pero la mejor panorámica para captar la inmensidad de estos valles se capta desde las alturas. Verticalidad que se ha hecho accesible a todos los sectores de población a través de las vías ferratas. Itinerarios verticales que han supuesto un bum en la zona con una creciente demanda. Por qué tienen tan buena acogida es una respuesta que tiene muy clara Martín González Hierro, guía de cuevas y vías ferratas de Ramales de la Victoria. «Te permite conseguir las sensaciones del mundo vertical y sentirse como un escalador con total seguridad».
Cuevas Ramales cuenta con dos cuevas visitables. Covalanas es Patrimonio de la Humanidad y conserva un conjunto pictórico de dieciocho ciervas. Cullalvera puede ser visitada por personas con movilidad reducida
Descenso del Asón Uno de los atractivos de la comarca es el deporte de aventura. Realizar el descenso del Asón en canoa con una empresa especializada ofrece otra perspectiva del paisaje.
Senderismo La oferta de senderos de montaña en el Asón es muy amplia.
Lo único que hace falta para hacer una ferrata es vencer el miedo, y el que lo deja atrás y hace una, «suele repetir». «La gente que termina una suele volver a menudo acompañado de familiares y también de amigos» cuenta Martín. Y es que las ferratas se pueden hacer también en familia, «a partir de 14 años, siempre que los menores vayan acompañados de un adulto».
Martín González Hierro | Guía de cuevas y deportes de aventura de Ramales
La descarga de adrenalina y la superación personal están entre las sensaciones de las ferratas, pero las vistas que te da la progresión en la pared de una montaña «no te las da ni siquiera la escalada». «Cuando estás escalando estás más pendiente de agarrarte y de asegurarte, y al estar tan seguro en la ferrata te permite progresar con mayor tranquilidad y poder levantar la cabeza y explayarte viendo el panorama», señala Martín.
La gente «suele empezar con miedo, pero una vez que se aclimata, llega un momento que mira hacia abajo o hacia atrás y acaba haciendo fotos y disfrutando del espacio en tres dimensiones que tiene».
Los primerizos repiten también por las sensaciones. Y en este sentido, el guía destaca que las ferratas son un espléndido ejercicio, y no solo físico, ya que imprime valores como el compañerismo, el respeto al medio ambiente, el autocontrol o la gestión del miedo y del estrés.
«Hay que quitar el miedo a la actividad porque es muy segura», anima Martín, que siempre recomienda contratar los servicios de un guía para las primera veces. «Es una actividad que está invitando mucho a hacer actividades en común», y cuando se realiza en familia «los padres al principio están preocupados por los niños y al final van los niños mucho mejor que los padres».
En cuanto a la oferta turística, las ferratas son el producto estrella de la comarca. No hace falta tener conocimientos técnicos previos, por lo que son muy accesibles. Las sensaciones de los primerizos «suelen ser al principio de que no se atreven, creen que va a ser algo muy exigente, pero luego lo disfrutan y al final les sabe a poco».
Quedarse con ganas de repetir e ir a más no es un problema, porque ante el éxito de los itinerarios verticales se han ido construyendo más, cada uno adaptado a diferentes niveles para dar el gusto a todos los usuarios. La zona se ha especializado en vías ferratas. De las nueve que hay en la región, cuatro están en el Alto Asón. Dos en Ramales (El Cáliz y El Calera), otra en Matienzo (El Risco) y la cuarta en Arredondo (Socueva). El Cáliz y El Risco son las más livianas, mientras que El Calera tiene una dificultad media y la de Arredondo está catalogada como difícil.
Todas ellas se complementan, pensando en pasar una jornada de ferratas en la comarca ahora que se han alargado los días y las temperaturas no son extremas. O bien hacer una ferrata y pasar el resto del día practicando otras actividades de aventura, como el descenso del Asón en canoa o senderismo, o bien redondear el día visitando las cuevas Covalanas o Cullalvera.
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Rocío Mendoza | Madrid, Lidia Carvajal y Álex Sánchez
Álvaro Machín | Santander
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