El atunero Pilar Torre, que faena en Senegal, fuera del reparto de bodegas en Colindres

Cuando pensaba que nada podía empeorar, el último embate lo ha recibido en su propia casa. Se trata del único barco con sede en Colindres que se ha quedado sin un almacén en la nueva nave que inauguró el pasado día 28 el presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla.

Solana habla de «cacicada» para explicar un reparto que, en su opinión, vulnera su derecho a optar en igualdad de condiciones a las nuevas instalaciones. Durante los últimos 25 años fue así, y gozó de un almacén en el recinto portuario. La última de las autorizaciones, que se concede habitualmente por periodos de tres años, se concedió en su favor en el año 2021.

La resolución establecía que «esta autorización se otorga por un plazo de catorce meses, finalizando, en todo caso, en el momento en el que se proceda a la redistribución de los espacios destinados a almacenaje como consecuencia de la finalización de los nuevos almacenes proyectados en el puerto de Colindres».

En cómo se interprete dicho punto está la clave de la polémica. La realidad es que la nueva nave dispone de 17 almacenes, de mayor tamaño, y mejor equipados que los antiguos. Una cifra suficiente para dar cabida a las peticiones de las diez embarcaciones pesqueras, entre ellas el propio Pilar Torre, que tienen su base en el puerto de Colindres. Todas ellas formalizaron su solicitud. Pero sólo una quedó fuera del sorteo. La de Miguel Ángel Solana.

Según explica, el reparto, realizado por la Cofradía de Pescadores de San Ginés, se resolvió asignando dos bodegas a cada uno de los siete barcos grandes adscritos a la cofradía, de la que no es socio el Pilar Torre. Otra se otorgó al Ángel Padre, embarcación que lleva tres años amarrada a puerto. Y la dieciséis fue a parar a una embarcación pequeña. La última se la quedó la propia Cofradía de Pescadores de San Ginés. El armador del Pilar Torre, a quien le han ofrecido una de las viejas bodegas, ve en esta forma de obrar un agravio respecto a sus compañeros de oficio. «Primero tienes que atender a cada solicitante. Y darle una, la que sea, a cada uno. Y luego ya, si sobran, que procedan como quieran».

Desde la Dirección de Obras Hidráulicas y Puertos, titular de las bodegas, el director de Aguas, Manuel Calvo, ve la situación de otra manera. «Nosotros hemos asignado las bodegas de acuerdo a la normativa. El criterio ha sido que ningún barco con base en el puerto de Colindres quedase sin bodega, y eso se ha cumplido. A partir de ahí el otro criterio ha sido valorar la actividad que tiene el barco en el puerto». A este respecto, reconoce que ese criterio no está en el decreto de autorizaciones. «Ahí lo que se valora es que se tenga base en el puerto, pero no da derecho a escoger la bodega. Para seleccionar cuál le corresponde a cada barco, se usan los criterios internos, y es ahí donde entra el juego el tema de la actividad. Las bodegas nuevas están más a mano y por eso se han asignado con preferencia a barcos que están faenando habitualmente en el puerto». Un argumento que contrasta con la inactividad de uno de los barcos, a tenor de lo que expone un indignado Miguel Ángel Solana.