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El magistrado de la Audiencia Provincial de León, José Luis Chamorro, ha condenado a 18 años de cárcel a Jorge Cervantes por asesinar al joven de Colindres, Mario Fuentes, al que clavó una navaja de 16 centímetros de hoja que acabó con su vida en ... mayo de 2021. Además, también le impone la obligación de indemnizar con 210.000 euros a los padres y el hermano de Mario Fuentes (tanto la fiscal como la acusación particular reclamaban 22 años de prisión y 177.000 y 290.000 euros, respectivamente).
En la sentencia notificada este lunes, a la que ha tenido acceso El Diario Montañés, y contra la que cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (la familia de Mario no va a recurrir), el magistrado hace suyo el veredicto de culpabilidad emitido por el jurado popular y estima «proporcionada» la pena de 18 años (el castigo por asesinato va de los 15 a los 25 años) «por la fiereza que mostró el acusado en la persecución y ataque y el resultado fatal provocado en una persona tan joven».
De conformidad con el veredicto del jurado, el magistrado declara como hechos probados que Jorge Cervantes, de 24 años, estudiante de Derecho, con antecedentes penales no computables, el día 16 de mayo de 2021, alrededor de las 03.50 horas, se encontraba con un grupo de amigos en las inmediaciones del descampado sito en la Calle el Tejo de León, donde tenía lugar un «botellón» al que asistían bastantes jóvenes. Él llevaba una navaja con una hoja de unos 16 centímetros de longitud.
En el mismo lugar y a la misma hora, junto con unos amigos, se encontraban Mario Fuentes, de 18 años, vecino de Colindres y residente en León, donde estudiaba Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, que se vio involucrado en una pelea en la que participaron varios jóvenes, que se inició por causas desconocidas, y en la que se vio también inmerso Jorge Cervantes. «Este, en un momento dado esgrimió la navaja que portaba y en el curso de la pelea, para evitar ser agredido, Mario salió corriendo, siendo perseguido por al menos otro joven y Jorge, quien logró darle alcance, girándose Mario -que seguía corriendo-, para ver donde llegaban sus perseguidores. Al llegar a la altura del joven de Colindres, y aún en carrera, »Jorge, con ánimo de acabar con su vida, de forma súbita y sorpresiva, clavó la navaja que llevaba abierta, en el costado de Mario que no tuvo posibilidad alguna de defenderse«.
Dado el carácter súbito o sorpresivo de la agresión de Jorge y la manera en que asestó la puñalada, Mario no tuvo ninguna posibilidad de defenderse o de ofrecer resistencia mínimamente eficaz, siendo consciente Jorge de que Mario no tenía posibilidad alguna de defensa.
Tras recibir la puñalada, mientras Jorge huía, Mario fue auxiliado primero por un amigo y luego por un oficial de Policía que, junto con otros agentes, se desplazaron al lugar y le taponaron la herida, siendo trasladado urgentemente por una ambulancia del 112, atendida por un médico y un enfermero, que llegó al poco tiempo al lugar, donde, con arreglo a protocolo, se le estabilizó y entregó con vida al equipo médico de urgencias del Hospital Clínico Universitario de León, siendo el estado de Mario crítico al llegar a dicho hospital.
Como consecuencia de la puñalada ya mencionada, Mario sufrió herida penetrante en hemitórax derecho, que seccionó músculos, ocasionándole la fractura de la segunda costilla derecha, atravesó el pulmón derecho y alcanzó la arteria pulmonar derecha, provocando una hemorragia masiva que dio lugar a un shock hemorrágico, siendo imposible estabilizarlo y sufriendo dos paradas cardiacas, lo que, finalmente, le causó la muerte sobre las 05.20 horas del mismo día.
El condenado, tras asestar el navajazo salió corriendo y junto con alguno de sus amigos, abandonó el lugar en un vehículo, apeándose en las proximidades de Navatejera. Allí fue recogido por otro amigo -al que previamente había llamado-, que lo llevó hasta su vivienda de Calle Matanzas, en la que se mantuvo hasta que llegó a buscarle la policía.
El 16 de mayo de 2021, alrededor de las 11,30 horas, Jorge se encontraba en su vivienda, lugar al que se desplazaron varios agentes de la Policía a detenerle al haber sido ya identificado, negándose a abrir la puerta. Ese mismo día y pasada casi una hora desde que la Policía llamara a su vivienda, apareció allí un abogado conocido que convenció al joven para que abriese la puerta y se entregase -lo que así hizo-. Después, tras bajar a la calle, subieron de nuevo la vivienda de Jorge, quien les entregó la navaja con la que había agredido a Mario. En la vivienda también se encontró un teléfono móvil completamente destrozado.
Según señala el magistrado, el condenado ha ingresado en la cuenta de consignaciones de la Sección Tercera, un total de 10.570 euros para reparar o disminuir el daño moral sufrido por los padres de Mario y el hermano, que reclamaban un total de 290.000 euros, y a los que ya se han entregado 5.000 euros (estando pendiente el resto). Si bien ahora, la cantidad fijada es de 210.000 euros.
A la hora de fijar la pena, el togado incide en que el acusado ya desde su casa iba con una «enorme navaja» que no es que midiera en total 16 centímetros, sino que esos 16 centímetros era lo que medía sólo la hoja y ha quedado acreditado que la exhibió (ya en la pelea) y cómo dio en perseguir a Mario, «obsesionándose con él», a quien quería «alcanzar a todo trance» y llevando en su mano la navaja abierta. «En ese trance (de la huida de uno -la víctima- y la persecución del otro -el acusado-) y aprovechando que Mario se giró para ver si sus perseguidores iban a alcanzarlo, Jorge, consciente de que Mario, aún en carrera, no tenía capacidad alguna de defensa, súbitamente lanzó la puñalada causándole una herida mortal de necesidad».
Tras ello, continúa el juez, Jorge huyó del lugar y -en el trayecto hacia la zona de Navatejera- «urdió un plan más complejo y completo», al implicar a un amigo para que, desde allí, y para conjurar el riesgo de que fuese localizado, lo llevase a su casa donde se mantuvo «sin atisbo de remordimiento alguno» hasta que -ya identificado y localizado por la Policía- fue detenido al día siguiente, no sin antes mostrarse totalmente reacio a hacerlo hasta que fue un abogado seguramente conocido por la familia, quien lo convenció para hacerlo.
En cuanto a la víctima, el magistrado recuerda que era un joven de 18 años, estudiante de Actividades Físicas y del Deporte «que había venido a León, desde su Cantabria natal, a estudiar precisamente en esta ciudad donde, sin culpa alguna, perdió la vida, a esa edad tan abierta a ilusionantes expectativas futuras». «Todo ello, justifica que, en razón al desvalor de acción, con esa fiereza que mostró el acusado en la persecución y ataque y el resultado fatal provocado en persona tan joven, la pena que estimo proporcionada es la de 18 años de prisión».
Asimismo, impone a Jorge Cervantes la prohibición de aproximarse a los padres y hermano de Mario Fuentes , a su domicilio, lugar de trabajo o estudio a una distancia no inferior a 500 metros, así como la prohibición de comunicarse con ellos por cualquier medio, oral, escrito, visual, informático o telemático, a través de redes sociales o de mensajería instantánea y ello por tiempo de 20 años.
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