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La asociación Hispania Nostra acaba de añadir un edificio más a la 'lista roja' en la que incluye todos aquellos inmuebles o lugares que merecen protección por tratarse de sitios históricos que no cuentan con la debida atención. En esta ocasión, el objeto de sus ... desvelos es la casa de Pantaleón Alvear, en la pequeña localidad de San Pantaleón de Aras, en el municipio de Voto. Para la asociación, el estado del inmueble -que data de finales del siglo XVII y está en manos privadas- «empieza a ser preocupante. Aunque la estructura «es sólida, el tejado está parcheado con uralita y hay una clara falta de mantenimiento», que se atribuye al «abandono».
La vivienda no se encuentra protegida por ninguna figura jurídica «y corre el riesgo de seguir deteriorándose», avisa Hispania Nostra, pese a que su edificación es consistente. Este es el motivo principal por el que se la ha incluido en la famosa 'lista' en la que figuran otros 25 puntos de Cantabria, en su mayoría propiedad de particulares, sobre los que la asociación da la voz de alarma por si eso sirve para evitar su ruina. En esta ocasión, «no se tiene conocimiento de intervenciones o restauraciones».
La casona es de planta rectangular, está levantada en sillarejo y cuenta con cubos en las esquinas que son «un testimonio reaprovechado de la antigua casa familiar». Según el análisis que hacen los expertos del colectivo, la construcción «sigue la misma dirección estilística hacia el clasicismo que define el resto de casas de la familia Alvear, tanto en San Pantaleón como en San Miguel de Aras, aunque ésta es más tardía».
Para darle contexto, se destaca que los Alvear fueron los 'señores' de San Pantaleón de Aras (Voto) y eran originarios del Valle de Aras desde el siglo XV. «En San Pantaleón de Aras encontramos un grupo de casas pertenecientes a esta familia que probablemente provenía de la Isla de Vear, situada en la ría, frente a Limpias».
El informe elaborado describe una fachada principal que se abre al exterior mediante dos arcos escarzanos que dan acceso al zaguán de la planta baja. Esta se encuentra separada mediante imposta del piso noble, «anunciado por dos puertaventanas con antepechos de rejería flanqueados por sendos vanos cuadrangulares. Entre los balcones, se aloja un escudo con las armas del apellido Alvear y Sierra Alta. Corresponden estas armas al caballero de Calatrava don Miguel Antonio de Alvear, nacido en Ampuero en 1663, hijo del capitán de Caballos Corazas don Pantaleón de Alvear, de la Orden de Santiago, nacido en San Pantaleón de Aras, y de María Josefa de Septién y Sierralta, de la casa de este nombre de Castro Urdiales (Cantabria).
La corrección de esta fachada principal, guardando perfecta simetría, disponiendo vano sobre vano y muro sobre muro, nos habla de un estilo ya depurado, sin vacilaciones, pero muy conservador, pues en el fondo es heredera de las construcciones llevadas a cabo en esta Junta trasmerana a mediados del siglo XVII».
Según consta en una escritura del año 1649, el capitán don Pantaleón de Alvear, Caballero de la Orden de Santiago, contrató con los maestros de cantería Andrés de Paderne, Pedro de la Lastra y Melchor Mazorra, vecinos de Hornedo (Junta de Cudeyo), la obra de la corralada de la casa. Su hijo, Miguel Antonio Alvear Septién, nacido en Ampuero en 1663 y caballero de Calatrava en 1696, hizo obras en la casa y puso el escudo.
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