Cuentos para sembrar la semilla de prevenir antes que curar

La técnico de Imagen para el Diagnóstico y Radioterapia Elena Herrero Martín, vecina de Cicero, se ha inspirado en una entrañable familia de gorilas para escribir el cuento infantil 'Lucila y el superabuelo Gila', con el que ayuda a los niños a entender y saber adaptarse a un diagnóstico que altera la memoria y el comportamiento de los mayores.

A través de un relato que desprende ternura y cercanía, la autora trata de que los más pequeños pierdan el miedo a esta enfermedad, a la vez que les transmite «respuestas que no les da la ciencia». Esta burgalesa de nacimiento trabajó ocho años en un hospital de Arabia Saudí como supervisora de Radiología Intervencionista en Pediatría. Allí fue consciente de que los niños necesitan de un proceso educativo previo para prepararles ante pruebas diagnósticas y para inculcarles la importancia de prevenir antes que curar.

La escritora despoja la historia de cualquier atisbo de drama y expone la enfermedad del Alzheimer sin estigmas sociales. «Sigue siendo un tabú y hay que aceptarla». El cuento inculca a los lectores valores como el respeto, la empatía y el cuidado de los abuelos. Otro de los propósitos de Herrero es poner en valor la neuroimagen para la evaluación del diagnóstico de diferentes patologías. «Que sepan lo que es un aparato de resonancia magnética para que no le tengan miedo», comenta. A la vez, pretende sembrar una «semilla de ciencia con conciencia» en los niños. «Abrirles los ojos, que, aparte de querer ser youtubers o futbolistas, pueden pensar también en ser médicos, científicos o técnicos de Radiología».

Este cuento se enmarca en la colección 'Lecturas a nuestra salud', que estará integrada por cinco libros dirigidos a lectores de hasta los ocho años. El otro, que ya está publicado, es 'Rosalía y sus manías'. Fue el primero y vio la luz en 2022. En este relato la protagonista es una «ranita muy alegre» que busca concienciar de la importancia de protegerse del sol desde la infancia. «Está dedicado al cáncer de piel y la radioterapia».

Y es que, reflexiona la autora, vivimos en una sociedad en la que «nos sobrexponemos al sol y hace falta mucha más prevención». El mensaje es que la piel tiene memoria a largo plazo y hay que cuidarla para evitar esta grave enfermedad. «La rana, al notar cambios en su piel, toma medidas para protegerse, usando sombrillas o quedándose en casa, que su entorno tilda de manías». Con ayuda de sus amigas las tortugas va a la dermatóloga, que le diagnostica cáncer y le plantea un tratamiento de radioterapia. La autora reivindica «el acompañamiento piel con piel por parte de los técnicos de radioterapia, que aseguramos un tratamiento digno al paciente».

Ambos cuentos, a la venta en Amazon y grandes superficies, enlazan temas de salud, educación y ecología. Su peculiaridad es que están escritos con rima consonante. «Es un lenguaje fácil, ameno y nada empalagoso», destaca la autora. Han sido ilustrados por la propia Herrero, apasionada de la pintura, que, a través de la autoedición, se ha embarcado en esta aventura literaria, que incluirá presentaciones en colegios, residencias y bibliotecas.