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Cuando el 30 de enero de 2015 Ampuero sufrió unas devastadoras inundaciones que provocaron cuantiosos daños en comercios, bares, instalaciones deportivas y el polígono industrial, los vecinos tuvieron que retroceder en el tiempo hasta 1978 para recordar una acontecimiento de similares consecuencias. En cambio, ... cuando el pasado lunes el río Asón se desbordó, tan solo tuvieron que retrotraerse seis años para recordar algo similar. «Estamos muy preocupados porque si se repiten estas inundaciones pueden peligrar nuestros puestos de trabajo», advertía este jueves Ana del Pozo (UGT), presidenta del Comité de Empresa de Teknia Ampuero, una de las dos principales fábricas de la villa ubicadas en el polígono de Marrón, en las que trabajan más de 300 personas.
Junto a los desperfectos ocasionados en los diversos negocios que se ubican en el centro urbano de Ampuero, los dos puntos más castigados por las inundaciones del lunes son el polígono industrial de Marrón y la instalaciones deportivas, que presentan una imagen dantesca. Pero si hay algo que realmente preocupa en la villa del Encierro es la principal fuente de puestos de trabajo. «Algo tienen que hacer ya porque llevamos dos inundaciones en pocos años y esto se puede volver a repetir», señalaba resignada la representante sindical de Teknia Ampuero (antigua Mecanor), dedicada a la fabricación de componentes de automoción, que este jueves recuperó parte su actividad, mientras continuaba con labores de limpieza.
«La gente está preocupada, hay que hacer algo ya, porque la intervención que realizaron en el cauce del río Asón no es suficiente. Tendrán que levantar un muro alrededor de las fábricas», añadía este jueves Iñaqui Martín, presidente del Comité de Empresa de Teknia Santander (antigua Bravo & Bippus), la otra fábrica de mecanizado de la villa, que en esta ocasión se ha librado del agua, entre otras razones, porque está enclavada a una cota mayor respecto al resto de empresas del polígono.
Alfonso Bravo Pérez | Director de Teknia Ampuero
El caso es que tanto estas dos fábricas como el Ayuntamiento de Ampuero conocen desde hace unos años las posibles soluciones para paliar los efectos de estas inundaciones. Y es que a raíz de la riada de 2015, el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria (IH) elaboró un estudio que planteaba el ensanchamiento del denominado canal de Viesgo, originalmente de uso hidroeléctrico, que ha pasado a gestionarse como medida de control de inundaciones. La solución propuesta era crear un canal de unos 20-30 metros de anchura, siguiendo la traza actual, que consiguiera aliviar un caudal de hasta 250 metros cúbicos por segundo. En la zona de entrada al canal se instalaría una compuerta de control que dejaría pasar el caudal excedente, mientras en situaciones de aguas bajas, el río circularía por su cauce original.
El Ampuero Fútbol Club, que ha sufrido por tercera vez en siete años cuantiosos daños materiales en sus instalaciones por las inundaciones, hizo ayer un llamamiento a aquellos que hayan encontrado mochilas, balones y diverso material que se llevó el agua y que ha aparecido en la playa El Regatón de Laredo, para que lo devuelvan. «Estaremos muy agradecidos». El Club Deportivo Laredo se sumó a esta demanda y pidió a aquellos que encuentren el material que lo lleven hasta San Lorenzo.
Otra de las medidas propuestas era la construcción de un muro perimetral. Pero ni esta ni la anterior propuesta se han llevado a cabo. Y eso que en marzo de 2019, dos meses después de otra riada de la que se libró el polígono industrial, el por entonces consejero de Industria, Francisco Martín, se comprometió con el alcalde de Ampuero, en aquel momento Patricio Martínez, y con el director general de Teknia Ampuero, Alfonso Bravo Pérez, a mediar con los organismos pertinentes para impulsar las actuaciones que pudieran evitar posibles inundaciones en la zona de Marrón.
Ayer, el director de Teknia Ampuero reclamó de nuevo estas dos actuaciones ante la amenaza de perder a sus principales clientes: Seg Automotive (Treto) y Bosch (Alemania). «A los clientes ya no les valen las palabras, hay que demostrar con compromisos que esto no va a volver a ocurrir. Porque puede que se busquen otros proveedores al entender que no pueden correr un riesgo como este cada siete años. Tenemos que darles tranquilidad». Y eso pasa, según Bravo, por intervenir ya. «Lo más urgente es la construcción de un nuevo muro en la zona más próxima al río. Si ahora tiene un metro hay que subirlo a dos. Esa no será una solución definitiva, pero reducirá el riesgo». La segunda actuación sería la actuación en el canal que hay junto a La Presa de Ampuero. «No ha habido daños personales, pero sí materiales e importantes», concluyó, sin poder aportar aún una cifra y a la espera de recuperar el cien por cien de la actividad.
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