La Encina de Colindres debuta en la 'champions league' para ser declarada Árbol Europeo del 2023

El sistema de votación es muy sencillo, pero requiere prestar atención a dos aspectos. Por un lado, hay que seleccionar dos ejemplares entre los dieciséis finalistas para que la votación sea válida. Por otro, hay que dejar un correo electrónico a modo de registro, para verificar que no se emiten votos múltiples desde un mismo usuario. El plazo de votaciones, en la web oficial del certamen www.treeoftheyear.org , se mantendrá abierto hasta el próximo 28 de febrero. La marcha del recuento se podrá seguir en tiempo real hasta el día 20. Luego se mantendrán abiertas las urnas, pero el recuento será secreto, para mantener viva la expectación. El desenlace se dará a conocer en Bruselas el próximo 23 de abril.

Desde Colindres llevan meses trabajando en una candidatura que ya se ha ganado el cariño de toda Cantabria. Y que durante la pasada edición de Fitur también comenzó su labor de seducción por toda España. En estas cuatro semanas el Ayuntamiento de Colindres promoverá distintas iniciativas, en colaboración con rostros populares, para incentivar el voto a su ejemplar.

La candidata cántabra compite bajo el lema 'La encina que resistió y venció', en referencia a su condición de superviviente a las talas masivas que siglos atrás deforestaron muchos parajes de Cantabria para suministrar la materia prima a los astilleros así como a otras industrias emergentes. Como bien se encarga de recordar la organización de esta singular competición, que alcanza su decimotercera edición, la elección trata de distinguir a aquel árbol que resulte más significativo por su historia y relevancia para el entorno en el que está asentado. Y es aquí donde residen muchas de las fortalezas de esta entrañable encina. Porque desde hace casi una década se ha erigido en emblema de un ambicioso programa de reforestación con arbolado autóctono, que pretende devolver al singular enclave en el que se alza el aspecto original que tuvo siglos atrás. El hecho de que asome al pie del antiguo Camino Real, o que ejerza de vigía sobre la imponente ría del Asón, son otros valores adicionales para reforzar sus opciones al triunfo.

En las primeras horas del certamen su candidatura se ha situado en cabeza, en dura pugna con el Haya Llorona del monte Cassel, la aspirante francesa. También le pisan la sombra de sus raíces dos robles, el de Fabrikant, en Polonia, y el Roble Dragón de Eslovaquia. Ellos, junto a la colonia de manzanos Krolevtsi de Ucrania, el Eucalipto de Contige en Portugal, o el Ficus Gigante del Jardín Botánico de Palermo, en Italia, integran una exquisita selección de árboles singulares que sirven para despertar la pasión por este patrimonio forestal de Europa.

Completan la convocatoria el Plátano de Varna, en Bulgaria; el roble de Seja, de Letonia; el Sicarmoro Puente, de Hungría; el Peral Cerezo de Kerklen, en Bélgica; el roble de Marquis, en los Países Bajos; el roble del campo de Dreznica, en Croacia; el peral de Drasov, en la República Checa; y el Haya Púrpura de Reigi, en Estonia. Rivales todos ellos de entidad, con hermosas historias a sus espaldas. Pero cuyos promotores comienzan a lamentar haber coincidido en esta edición con un ejemplar de encina como el de Colindres, que desde el Monte La Redonda está dispuesta seducir en todos los idiomas oficiales del continente para apuntalar sus opciones. A sus cuatrocientos años no parece acusar los nervios. Y tras explicar su historia con un desparpajo que desarbola cualquier resistencia, concluye su interacción con una interrogación directa. «¿Ya me has votado? ¿A qué esperas?». La Encina de San Roque tiene madera de campeona.