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La muerte de Misael Centeno, el joven nicaragüense de 31 años afincado en Carranza que fue hallado muerto a finales de noviembre en un río en la zona de Ramales, en el límite entre Cantabria y Vizcaya, se investiga ya como un homicidio. Los forenses ... que practicaron la autopsia, pertenecientes al Instituto de Medicina Legal de la comunidad vecina, han confirmado que fue asesinado. Tras examinar en profundidad los restos mortales, sostienen en su informe que o bien fue lanzado al agua una vez fallecido o bien mientras estaba inconsciente, según ha podido saber este periódico en fuentes cercanas al caso.
La instrucción, que recayó inicialmente en un juez de Castro dado que el cadáver apareció en Ramales, será ahora trasladada al Juzgado de Balmaseda. La comisaría de la Ertzaintza en la localidad vizcaína ya tenía en curso una investigación por la desaparición del joven, que fue visto por última vez con vida en la noche del sábado 27 de noviembre.
Informe de la autopsia
Centeno, que trabajaba en una explotación agraria, estaba tomando algo con unos amigos en un pub del barrio de Ambasaguas cuando tuvo un encontronazo con otro cliente en el interior del local. En medio de la trifulca, según algunos testigos, lanzó un vaso de cerveza que impactó en el pecho de un chico, que tuvo que ser atendido por otras personas.
A raíz de este incidente, la cuadrilla a la que pertenecía la víctima del golpe salió tras Misael, que comenzó a correr en dirección al campo de fútbol. «¡Vamos a por él!», se les oyó gritar. Al parecer, se refugió entre unos coches aparcados. Cuando el grupo regresaba de nuevo al bar, la discusión se reavivó y volvieron a perseguirle. A partir de este punto, una nebulosa se cierne sobre los hechos. Nadie parece saber qué ocurrió. En Carranza circulan todo tipo de rumores que apuntan a que habría sido arrojado al río, aunque por el momento son solo habladurías.
Lo cierto es que los jóvenes con los que mantuvo el altercado regresaron al pub, pero Misael no. Como si se lo hubiera tragado la tierra. Sus conocidos le llamaron al móvil, pero el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura. La familia interpuso una denuncia por su desaparición ante la Ertzaintza, que inició las pesquisas. Sus allegados llegaron a repartir pasquines con su fotografía y la leyenda 'Desaparecido', indicando un número de teléfono para quien pudiera aportar algún dato sobre su paradero.
Enfrentamiento
Al cabo de tres días, el 30 de noviembre por la tarde, un ciclista encontró un cuerpo en el río Carranza justo en la frontera entre Vizcaya y Cantabria, a varios kilómetros de donde desapareció el muchacho. Agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) lo rescataron. En un primer reconocimiento, los especialistas apreciaron en el cadáver, que estaba semidesnudo, algunas laceraciones, aunque podían haber sido provocadas al ser arrastrado por la corriente. Horas después se confirmó que los restos mortales pertenencían al desaparecido Misael Centeno.
Agentes del Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Ertzaintza (SICTB) tratan ahora de reconstruir sus últimas horas con vida y aclarar las circunstancias que rodearon su muerte y quién o quiénes pudieron provocarla.
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