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Ainhoa de las heras
Domingo, 20 de febrero 2022, 16:28
La Ertzaintza detuvo el pasado viernes por la tarde a un joven de 32 años identificado como A. L, por su presunta relación con el ... homicidio de Misael Centeno, nicaragüense de 31 años, ocurrido el pasado 27 de noviembre en Carranza (Vizcaya) y cuyo cuerpo apareció en el río en Ramales de la Victoria, en Cantabria. El arresto se practicó por orden judicial en uno de los barrios de la localidad en el que reside. Tras ser puesto a disposición del juzgado de guardia de Balmaseda, su responsable decretó el ingreso inmediato en prisión, con lo que ya serían cuatro los implicados en este caso que permanecen en la cárcel de manera preventiva, según confirma el Departamento de Seguridad.
Este joven ya había sido arrestado a finales de diciembre por la Policía autonómica por este mismo caso. Era uno de los nueve detenidos de entonces que quedó en libertad tras prestar declaración ante el juez. Cinco de ellos estaban acusados del delito de homicidio, dos de encubrimiento y otros dos quedaron exculpados. No obstante, la jueza instructora ha seguido practicando diligencias desde entonces, entre ellas varias testificales y reconocimientos fotográficos. De esas nuevas pruebas se desprende que este chico había tenido una intervención más importante en los hechos de la que se creía originalmente, motivo por el que la magistrada ordenó su arresto el pasado viernes.
Él, junto con los otros tres encarcelados, formaría parte del grupo que salió detrás de la víctima después del encontronazo en el bar. Ocurrió sobre las once y media de la noche de aquel 27 de noviembre en un pub del barrio de Ambasaguas. Misael Centeno discutió en el local con un miembro de esa cuadrilla y al salir del bar arrojó el vaso de cerveza hacia el interior golpeándole a uno en el pecho y manchando a otros.
Varios salieron detrás de él. Misael corrió hacia el campo de fútbol. Varios testigos vieron cómo entre cuatro y cinco individuos le seguían gritando. «¡Te vamos a matar!». Ellos regresaron, pero Misael no. En Carranza se rumoreaba que le habían lanzado al agua, pero se instaló el silencio por miedo a represalias. Tres días después, su cuerpo apareció flotando en el río en Ramales de la Victoria, a varios kilómetros de distancia.
La autopsia reveló que el joven fue golpeado por un individuo mientras estaba de pie y de frente y otro le sujetaba por detrás, probablemente haciendo presa con el brazo en el cuello. Posteriormente, en estado de inconsciencia o ya fallecido, le arrojaron al cauce.
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