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La nave de la ermita de San Juan de Socueva (Arredondo), uno de los escasos santuarios prerrománicos existentes en Cantabria y declarada Bien de Interés Cultural en 1985, fue construida en el siglo VII, según se desprende de los últimos estudios realizados sobre el monumento. ... Los resultados de estos testimonios científicos en torno al templo han sido dados a conocer hoy por el vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, quien adelantó que estos descubrimientos definirán unos trabajos de restauración y conservación que se licitarán en el primer trimestre de este año y cuentan con un plazo de ejecución de seis meses.
Los datos obtenidos de este estudio han revelado también que a continuación de la nave de la ermita se habría edificado la cabecera y entrada a la misma, datándola entre la segunda mitad del siglo VII y el segundo y último tercio del siglo VIII. Zuloaga ha explicado que estos resultados se han obtenido en el marco del estudio de parámetros y arqueología muraria impulsado por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica para conocer la evolución de esta construcción a lo largo del tiempo. Además, el vicepresidente regional ha destacado que todos estos estudios permitirán «definir de manera más concreta y respetuosa los materiales a utilizar en la restauración, garantizando su conservación y disfrute por las generaciones futuras».
La ermita de San Juan Bautista de Socueva, incluida en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra desde diciembre de 2007 por encontrarse en estado de «semiabandono», fue construida al abrigo de una cueva, aprovechando el saliente de la roca. Sus muros son de mampostería y el suelo presenta irregularidades. La cubierta de la nave es el techo de la cueva. Se conserva el altar original, que consta de un pilar de planta cuadrada con los bordes achaflanados y de una mesa encajada al pilar. En el centro del extremo superior del pilar hay un hueco destinado a contener reliquias.
Aunque se desconocía la fecha exacta de su construcción, hasta el momento se había situado entre los siglos VIII y XI. El interior de la ermita se divide en dos partes: una nave rectangular y una cabecera semicircular.
En el marco de los trabajos de investigación se han efectuado dataciones con carbono 14 en restos de maderas y carbones localizados en distintos puntos de los muros de la ermita, que se han realizado en el laboratorio Beta Analytic de Miami (Estados Unidos). A través de estos análisis, el estudio también señala actuaciones puntuales desarrolladas en la ermita, como la pared junto al marco de madera, en la que se han detectado arreglos realizados entre finales del siglo IX y finales del siglo X; la instalación de elementos lígneos como el apoyo vertical (norte) del marco de madera entre finales del siglo VIII y finales del IX y la vigueta entre el tercer tercio del siglo VIII y comienzos del X. En lo que se refiere al altar de piedra, los resultados obtenidos han indicado que se trataría de un elemento exógeno al entorno, que fue construido en un taller y posteriormente colocado en el edificio.
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