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La Guardia Civil llegó a Ramales de la Victoria a primera hora de esta mañana, perimetró el edificio y accedió al interior. El objetivo: la ... detención de al menos ocho personas acusadas de cometer numerosos delitos contra el patrimonio; «aunque no se descartaban más arrestos», informaron fuentes de la Benemérita. Los vecinos grabaron las imágenes de la operación y el alboroto causado en el barrio. Sobre todo en los alrededores del edificio que los presuntos delincuentes tienen okupado desde hace más de tres meses en la calle Manuel González Peral en confluencia con Manuel Marure.
«Hay cierta preocupación entre la gente porque no es deseable que estemos viviendo esta situación; pero es que son viviendas de la Sareb que no terminan de ponerse a la venta y al final terminan okupadas», protesta el regidor de Ramales, el socialista César García, que recuerda que recientemente hubo una inversión privada de la entidad bancaria para rehabilitar el inmueble por valor de 200.000 euros. «Y ahora, después de meter todo ese dinero, han dejado que lo okupen. No tiene sentido», asevera el regidor.
Hasta veinte vehículos de la Guardia Civil se repartieron por diferentes zonas del pueblo y los agentes, algunos armados hasta con rifles de asalto, se desplegaron en torno al edificio. «Lo que le preocupa a la gente es la seguridad y también los robos», incide el alcalde. Los okupas, provenientes del País Vasco, llegaron «hace algo más de tres meses» a la zona atraídos por la cercanía a la capital vasca, por la existencia de viviendas de la Sareb y porque la carretera no es de las más vigiladas.
Casos anteriores
Los casos de okupación han proliferado en los últimos años en Ramales debido, fundamentalmente, a la existencia de viviendas de la Sareb sin vender. En febrero del pasado año otro episodio similar inquietó a la localidad cuando los especialistas de la empresa 'Antiokupas' lograron echar a varias familias de dos viviendas en la urbanización Los Robles. Hubo momentos de violencia pero al terminar su trabajo los especialistas pusieron fin a varios meses en que los okupas habían tenido atemorizado a todo el pueblo. «Desde que llegaron no han dado más que problemas y la gente estaba atemorizada. Así que ahora estamos todos algo mejor. La cuestión es que se hayan ido para no volver», comentaba un vecino mientras curioseaba el revuelo montado por la presencia de una patrulla de la Guardia Civil en medio de la calle Río Calera, desde donde observó lo ocurrido sin intervenir. Ahora, algo más de un año después, el episodio ha vuelto a repetirse.
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