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El ciclista de Colindres Óscar Negrete ha logrado un espectacular doblete en los Mundiales de Ciclismo para Bomberos disputados este fin de semana en Lisboa. El deportista, que competía en la categoría M50, se colgó el oro en la prueba en ruta y en ... la prueba de bici de montaña MTB. Por primera vez no se disputó la prueba contrarreloj.
Con estos triunfos, Negrete sigue engrosando un espectacular palmarés en el que, además de un doblete Olímpico en Ruta y Contrarreloj conquistado en 2011 en New York, ya ostenta seis títulos de Campeón del Mundo en Ruta, cuatro títulos de Campeón del Mundo en Contrarreloj, y un Oro Mundial en la prueba de MTB, una disciplina en la que ha hecho su debut recientemente, con unos resultados brillantes.
Según recuperó el aliento en línea de meta, sus primeras palabras fueron de homenaje hacia su amigo y compañero de rodaje, César Quevedo, también bombero, que falleció meses atrás y con quien le unía una gran amistad. «Le hubiera encantado estar aquí apoyándome, y las victorias de hoy sábado y de ayer viernes se las dedico a él. También a mis padres, a mi mujer Mónica, a mi inseparable Óscar García, a mi pueblo Colindres, y a todos los que me siguen y me apoyan», dice emocionado.
La carrera de Mountainbike fue la primera en disputarse. La prueba tuvo lugar el viernes, sobre un circuito muy exigente, XPO, Olímpico, en el que habitualmente entrena la selección portuguesa. Un trazado muy exigente y muy técnico, con saltos y bajadas muy pronunciadas, donde Óscar se sintió muy cómodo al tener mucha similitud con los terrenos entre el Alto de Laredo y Seña, así como la zona de Covalanas, lugares donde suele entrenar habitualmente. Una prueba de corte similar al ciclo-cross, en la que los 40 minutos en que se estructura la carrera requieren ir a tope, con bajadas muy técnicas que luego hay que remontar con mucha fuerza. «El sitio me ha encantado», reconoce, antes de explicar su estrategia. «Mi idea era salir a tope en el tramo de subida, para intentar distanciar a los competidores que son buenos bajando», explicaba. Con este guión en marcha, sólo hubo un corredor portugués capaz de seguirle a rueda. «Me intentó incluso rebasar, pero en uno de los repechos logré dejarle atrás y establecer una distancia de treinta segundos». Luego esa distancia se hizo incluso superior, y finalmente, en la última vuelta, Óscar se dedicó a controlar que no hubiera ningún percance. El colindrés celebraba haber llevado la bicicleta doble «porque era un circuito muy duro y aquí la rígida lo tenía imposible». Y decía sentir alivio. «Ya no me vuelvo de vacío», pensaba, antes de afrontar la prueba en ruta, otro de sus objetivos confesos.
Sin pasar ni siquiera 24 horas desde colgarse el primer oro, el sábado formó en línea de salida para una prueba de 65 kilómetros sobre un circuito con apenas dos repechos de 150 metros cada uno, con tres kilómetros de ida y tres de vuelta. «Era un formato tipo critérium, y estaba claro que se iba a decidir al sprint». Con todas las categorías juntas, su objetivo era salir a garantizarse el oro en la suya. Y eso pasaba por romper la carrera. Pese a la férrea estrategia de los anfitriones, Óscar logró su objetivo a mitad de carrera. «Hice un ataque muy duro y logré que prosperase una escapada en la que íbamos siete y nos fuimos dando relevos». El problema fue que, convencidos de que la victoria iba a estar entre ellos, comenzaron a controlarse, circunstancia que aprovechó un perseguidor para darles caza y, sin detenerse, salir enfilado hacia la victoria absoluta. «Yo vi que era M40 y no quise arriesgar mi objetivo. Con lo cual nadie saltó a por él y se llevó la victoria. Luego entramos nosotros al sprint, donde impuse mi velocidad, y me hice con el segundo oro de estos mundiales, así como el segundo puesto en la clasificación absoluta».
La anécdota fue la presencia de sus amigos Óscar Linares y Alba en línea de salida, lo que, según reconoce, se tradujo en un plus de motivación. Eufórico por cosechar el premio a tanto esfuerzo, ahora tiene unas semanas por delante para dilucidar si acude a los Juegos de Róterdam, en junio. Y ya, hacia final de temporada, tiene marcado en rojo el Mundial Máster que se disputará en Italia. Pero, de momento, toca darse un respiro. «Es momento de asimilar lo conseguido y disfrutar», sostiene con una sonrisa que no le cabe en la boca.
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