Pili Ateca, Campeona de España de Kárate

La de Katas es una competición en la que se ejecutan una serie de movimientos muy precisos que aúnan las técnicas tanto de ataque como de defensa. La precisión en cada una de las formas expresadas, con sus paradas, contraataques o cambio de direcciones, gritos incluidos, exige una concentración y un dominio absoluto de cada movimiento de piernas o puños.

Pili Ateca llegó a los campeonatos como medallista de bronce de Cantabria. Pero su espectacular estado de forma, con varios triunfos en distintos torneos previos disputados en El Astillero y Costa Quebrada hacían augurar el éxito. Incluso se alzó con el subcampeonato en la Copa de Estilos, prueba oficial organizada por la Federación Española de Kárate. Todo apuntaba en la buena dirección de cara al decisivo encuentro de Jaraíz de la Vera.

La competición se dividió en dos fases. En la primera, todos los aspirantes afrontaron dos rondas de puntuación. Quienes obtuvieron los máximos registros pasaron a las rondas eliminatorias. En las rondas de puntuación Pili Ateca obtuvo las máximas calificaciones. Posteriormente, se impuso en el primero de sus duelos por un contundente 5-0. Las dos rondas de semifinales y final estuvieron más ajustadas y las resolvió por un 3-2 final enfundada en su ao (o cinturón azul), banderín que alzaron por mayoría los jueces de la prueba.

Las imágenes disponibles en la web oficial de la Federación Española de Kárate muestran a una Pili Ateca de nervios de acero nada más ser proclamada su victoria frente a la rival madrileña. Acababa de culminar una histórica progresión a lo más alto del podium, tras haber logrado un bronce, y dos platas, en las ediciones previas a la pandemia. A lo justo se abrazó con Marcos Fernández, el técnico de la Federación Cántabra que hizo las veces de coach. También lo festejó con una amiga que se brindó para acompañarla a tierras extremeñas. Pero en pista parecía que aún le quedaban más desafíos.

«Yo respiré para adentro, y ya está. No me gusta exteriorizar en ese momento, no soy efusiva. Luego ya sí, me emocioné mucho hablando por teléfono con mi profe, José Manuel Maza. Luego va saliendo todo», explica risueña cuando repasa aquellos momentos. Sus palabras de cariño y dedicatoria circulan de su entrenador a su marido y sus hijas. «Los de casa son los que más sufren mis ausencias, cuando llego tarde de entrenar, el sacrificio que todo esto requiere. Además, como cada uno tira a un deporte, es difícil coincidir los fines de semana. Mi marido juega a pasabolo tablón, mis hijas reman, y el fin de semana se nos hace difícil coincidir. Les doy las gracias y se lo dedico a ellos porque te animan, están siempre ahí apoyando, son los más importantes», dice emocionada.

La sonrisa la recupera cuando recuerda la avalancha de mensajes de sus alumnos, a los que entrena durante la semana en Colindres. «Luego están todos los niños del gimnasio, a los que agradezco mucho sus mensajes de audio, te mueres de risa, pero te llenan mucho». Finalmente, hace extensiva la gratitud a todos los que siguen su andadura. «Tengo la suerte de contar con un círculo cercano que me ha arropado mucho y me ha estado animando a tope». Su mensaje final es para los pequeños a los que entrena. «Que vean el reflejo de que si uno quiere y persevera, como una hormiguita, se pueden conseguir estas cosas tan bonitas», concluye.