Laredo espera que las obras de la piscina estén finalizadas en el mes de mayo

El último episodio se vivió durante el pleno del pasado jueves. Hacemos Laredo presentó una moción en la que se instaba a recepcionar la obra, «que acumula un notable retraso desde el inicio de las obras en noviembre de 2019». Además, urgía a ultimar los pliegos de la licitación del servicio, ante el temor de que cuando se reciban los trabajos, la piscina deba mantenerse cerrada por carecer de adjudicataria para su explotación.

Pese a que la moción fue rechazada por los siete votos del equipo de Gobierno PSOE-PRC, frente a los seis votos de la oposición, todos los ediles se mostraron partidarios de la parte resolutiva de la moción, y únicamente discreparon respecto a la exposición de motivos, que el partido proponente se negó a retirar.

La portavoz de Hacemos Laredo, Rosalina López, destacó el notable retraso de las obras, que contemplaban un plazo de ejecución de 12 meses, más dos meses adicionales motivados recogidos en el modificado del contrato que se presentó en el mes de julio de 2020. Al entender de López, la empresa adjudicataria «debiera ser penalizada» por los meses transcurridos desde la finalización del plazo, y se interesó por saber si desde el equipo de Gobierno se había abierto expediente al respecto. Asimismo, exigió la licitación de los pliegos. «Estáis dejando pasar el tiempo», indicó.

El presidente de la Comisión de Obras, Pedro Diego, explicó que «la piscina tiene ya certificados 1,184.000 euros de los 1.210.000 de su importe total. Está ejecutada al 97'8%», precisó. Sin embargo, aclaró que aún no se ha podido recepcionar la obra, al quedar pendiente algunos flecos que quedaron de manifiesto en la visita realizada por la dirección de obra el pasado 16 de marzo. En el informe de aquella revisión, los responsables señalan que «la obra no está íntegramente terminada, al observarse la falta de los equipos de análisis y control, el generador de hipoclorito y la puesta en marcha, comprobación y legalización de todas las instalaciones». Al mismo tiempo el informe recoge que «se detectan defectos en la construcción», referidos a reposición de la calzada exterior, repasos de pintura, apliques en la escalera y pasamanos, fijación de barras en los servicios de los minusválidos o el reajuste de la rejilla de la canaleta del borde de la piscina. En todo caso, Diego informó que, de acuerdo a los mensajes recibidos por parte de la adjudicataria, estos problemas podrán quedar resueltos en las próximas semanas. Y aventuró que la recepción de la obra podría darse «antes del próximo pleno ordinario» que tendrá lugar el último jueves de mayo. Eso sí. Lejos de lanzarse a la piscina de la euforia, advirtió que habrá que comprobar el vaso, sobre el que no se ha actuado, así como las juntas de válvulas, tras los años de parón sin funcionar.

En cuanto a la licitación, se limitó a reconocer que es un tema «complejo y complicado». Pese a la insistencia de los partidos para que aportase una fecha concreta para la posible adjudicación del servicio, la misma no salió a colación sino de forma indirecta. Las alusiones comenzaron por el portavoz del PP, Rafael Revilla, quien refirió la anécdota de que, en el 2019, al dar inicio las obras, un exconcejal le dijo que «la piscina se abrirá un año antes de las elecciones». Otros portavoces reconocieron haber escuchado un parecer similar. Y el propio concejal de Obras admitió que «la predicción no parece que vaya a estar muy equivocada». Más pesimista se mostró la anterior concejal de Hacienda y Contratación, Carmen García, ahora en la oposición, que aventuró que «me da que la piscina no se va a inaugurar antes de que haya nuevas elecciones».