Ramales distingue como hijo predilecto a José Joaquín Eguizábal

'Pencho' se mostró emocionado en compañía de su familia, de sus amigos y de los vecinos de Ramales de la Victoria, pueblo a cuya difusión internacional, a través de la divulgación de su patrimonio histórico ha contribuido de manera decisiva. Ahí residen en gran parte los méritos de un hombre enamorado de su profesión y de 'su' cueva, a la que no deja de visitar pese a que hace un año que se jubiló.

Adentrarse con él en la cueva de las ciervas rojas era multiplicar el impacto que ya de por sí tienen esas pinturas, que han situado a Ramales de la Victoria en el mapa mundial de las joyas rupestres. 'Pencho' dominaba no sólo sus entresijos, sino la forma de convertir cada visita en una experiencia diferente y enriquecedora, adaptándose a la peculiaridad de cada grupo para el que le tocaba ejercer de guía.

Aunque su elección de de joven le llevó a iniciar los estudios de Medicina, pronto descubrió que su auténtica vocación era ejercer de cicerone en algunas de las cavidades más espectaculares que pueden existir en el mundo. Trece de ellas se localizan en apenas 5 kilómetros cuadrados del entorno de Ramales de la Victoria. Y a una de ellas, Covalanas, consagró su vida profesional. Su idilio con ella lo entabló de crío, cuando hizo amistad con el primer guía, hijo de quienes regentaban la Fonda Jacinto, situada muy cerca de su hogar familiar. Primero fue un hobbie y luego fue el medio en el que obtener una propina durante los veranos. Hasta que, abandonada ya la carrera y cursadas distintas formaciones específicas, acabó siendo un destino inmejorable.

Allí ha sido testigo privilegiado del deslumbramiento que estas pinturas han causado tanto a neófitos en la materia como a los expertos más sobresalientes, algunos de los cuales tuvieron responsabilidad directa en la inclusión de Covalanas en el repertorio de Cuevas distinguidas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008. De esta cavidad destaca que todas las pinturas halladas son sincrónicas, es decir, que se realizaron en el mismo momento, hace más de 22.000 años, 7.000 años antes de que otro artista pintase los bisontes de Altamira. Pero además es la cueva paradigma de una técnica muy particular, llamada tamponado, digitación, o 'dedada', que son las pinturas realizadas con los dedos con puntos con material de ocre.

Esta cueva santuario, muy intimista, nunca fue morada, sino que se utilizó únicamente para pintar. Para vivir el cobijo estaba en la cercana cueva del Mirón, situada en un nivel inferior. Allí fue localizada la Dama Roja, fallecida hace 18.000 años, que vivió 35-40 años, y que fue así denominada porque al aparecer sus huesos, estaban espolvoreados con piedra roja ocre procedente del monte Buciero de Santoña. Se han encontrado pruebas de que se alimentaba de salmones.

Estas y otras muchas historias las fue desgranando durante las cuatro décadas de dedicación con gran entusiasmo a una labor en la que ha guiado a miles de visitantes. 'Pencho' resume su misión en «intentar que la gente de mi pueblo se sientan orgullosos de sus raíces». De su éxito caben pocas dudas, de ahí que el reconocimiento lo fuera de manera unánime. Porque todos destacan los méritos de sobra para que este ramaliego alardee legítimamente de Hijo Predilecto del pueblo al que se ha dedicado en cuerpo y alma toda su vida.