24 horas sin el burro Pepe

Se trata de un miembro más de la familia, a la que llegó hace dos años procedente de Puente Arce, donde les hicieron tan magnífico regalo. Fue el pequeño Pedro quien bautizó así a su nuevo animal de compañía que enseguida se ganó el aprecio de todo el hogar, incluido el de Carmen García y Raúl Conde, propietarios de la finca donde retoza desde su llegada.

El paseo diario de su otra hija, Sabah, con los perros por la finca, de 20.000 metros cuadrados, les puso ayer en pie de alerta. Al llegar a la parte superior, detectaron que había vencido el cerramiento. Fue entonces cuando ataron cabos. Y no era el único elemento que no les encajaba. El burro, de costumbres fijas, tenía como primer hábito saludable bajar a por el pan poco antes de las ocho de la mañana. Ayer no acudió a tan suculenta propuesta gastronómica. Y eso encendió las alarmas. «A las diez va a otra zona, a las cuatro menos cuarto va donde los perros a echar la siesta…Tiene sus hábitos fijos y era muy raro que no asomara», corrobora Carmen. La duda es si fue 'Pepe' quien pudo derribar la valla, si ésta venció de forma accidental, o si intervino alguna otra circunstancia

«Lo que nos tiene más preocupados es que nadie de los alrededores lo haya visto. Ni aquí, ni en Ojébar, ni en La Edilla», destacaba al trascender la desaparición, antes de subrayar lo inusual de dicha circunstancia. «Lo más extraño es que no aparezca. Estamos hablando de un burro blanco, que es muy llamativo y se ve fácilmente. Y además, no es una gacela como para salir y alejarse tan rápidamente, como mucho se puede ir a pacer a la finca de al lado», explicaba Carmen.

Las lluvias de las últimas jornadas, sumado a las rodadas de los todoterrenos que en este tiempo han acarreado forraje para el ganado, contribuyeron a difuminar un posible rastro del discurrir de este burro, que tiene todo su libro de vacunaciones en regla. Se da la circunstancia de que en breve iba a tener un nuevo acompañante, 'Lolo' con el que compartir correrías en este espectacular entorno de la comarca del Asón. Ayer el cobertizo donde se guarecía de la lluvia estaba vacío y la ausencia de Pepe se notaba en toda la finca. «Hacía muy buenas migas con los perros, y tenía sus horarios y ritmos fijos. Un animal muy inteligente y sorprendente», señalaba Carmen.

«La verdad es que es todo muy raro, y ojalá que pronto podamos decir que ha aparecido, porque es algo muy raro», decía esta misma mañana una Carmen cuyo tono de voz es mucho más feliz al comunicar que la alarma se ha desactivado. Y que Pepe ya está de vuelta en casa, sin que su parsimonia habitual se haya visto afectada. Si él supiera la que ha montado...