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El pasado 2 de agosto, a las 18.19 de la tarde, el Iphone del chef Ignacio Solana subió una foto en su cuenta de Twitter: 'Nos visitaron', pone en el mensaje, y tras tres puntos suspensivos, dos iconos con las manos en forma de ... corazón. En la foto flanquean al cocinero cántabro Iván Espinosa de los Monteros (portavoz del Grupo Parlamentario Vox en el Congreso) y Rocío Monasterio (presidenta y portavoz de Vox en la Comunidad de Madrid). Los tres salen abrazados en la puerta del restaurante Solana, en Ampuero. Una vez en la nube, la foto provocó las primeras notificaciones, pero el móvil de Solana empezó a sonar más rápido, más veces, acumulando respuestas como «ya sé a qué restaurante no voy a ir si voy a Cantabria», «no volveré a este restaurante», «a mí me viene bien esa foto para saber dónde no ir a dejar mi dinero» o «mi familia de Ramales y Soba ya no dejarán un euro allí. No luchó mi abuelo por la democracia para dar dinero a los amigos de Francisco Franco». Así, hasta los 3.014 mensajes que sumaba ayer el tuit, que sigue en su cuenta.
Nos visitaron …. 🫶🫶 pic.twitter.com/2gVMtco6XJ
Ignacio Solana Perez (@igNachoSolana) August 2, 2022
¿Sabía que se iba a montar semejante revuelo? «No lo sabía», reconocía ayer a este periódico el chef, que a sus 43 años cuenta con dos soles Repsol y una estrella Michelin: «Intuyo que todo lo que tiene relación con este partido tiene siempre cierto modo de polémica, pero la verdad es que me ha sobrepasado. Ya no son los comentarios públicos o el hecho de que la gente diga que ya no va a venir porque cada uno es libre de ir donde quiera, lo duro es que ya se ha pasado a amenazas con mensajes privados, insultos y descalificaciones. Nunca en mi vida había pasado por ello. Han sido y están siendo días muy duros, ahora mismo tengo casi 900 mensajes privados del estilo y no me es nada grato. Es duro, psicológicamente me ha tocado un poco».
La pareja de Vox no son los primeros políticos que ponen los pies en el restaurante de Ampuero. «Claro que tengo fotos con otros políticos, por aquí ha pasado gente de todos los partidos y se les ha tratado como a cualquier cliente. Por aquí ha pasado Mariano Fernández Bermejo, ministro con Rodríguez Zapatero y es un cliente habitual, ha pasado también Pedro Solbes, exministro de Economía; ha pasado mucha gente del PSOE, pero también del PP, del PRC, del PNV... Siempre he subido las fotos de los que me visitan», dice. En su red social abundan fotos de sus platos, enlaces a artículos de gastronomía, fotos con varios futbolistas y fotos del Real Madrid. «A nivel deportivo, soy muy simpatizante del Real Madrid pero en el bar tengo fotos con jugadores del Barcelona, del Athletic de Bilbao, del Atlético de Madrid, no tengo ningún problema porque entiendo que una foto es parte de la libertad que tenemos». Sin embargo, tras publicar la foto con los dos líderes de Vox, ya ha tenido varias cancelaciones: «Hay gente con maldad y en Google el sábado fue un día de reseñas negativas, todas con idea de hacer daño, muy sangrantes, con descalificaciones. También ha habido gente que nos llamaba por teléfono y decía; queremos ir, somos ocho personas, y cuando respondíamos que no había sitio, nos decían: ¿pero ratas sí tienen, no? Hemos tenido anulaciones por correo electrónico que decían: teníamos una mesa para seis personas pero la anulamos porque no compartimos el fascismo».
¿Teme la repercusión que este tuit pueda tener en el restaurante? «No temo la repercusión, este negocio no ha empezado ayer, somos la cuarta generación y nuestra clientela afortunadamente es muy grande y saben cómo somos y cómo cocinamos. Evidentemente habrá alguno que se lo tome mal, pero el 95% de nuestra clientela sigue ahí y no me cabe ninguna duda que va a seguir ahí».
Con el debate de fondo entre la libertad de expresión y la significación política que muchos han visto en la imagen, Solana explica que «siempre» se hace una foto con las personas reconocidas que acuden a su restaurante. «Este año decidí subir la foto desde el respeto, pero se ha magnificado y se ha sacado de contexto», dice. «Tanto Iván como Rocío son clientes habituales, pero es la primera vez que la hago pública, vienen todos los veranos porque veranean en Cantabria, y la familia de Iván es de Limpias, sus familiares son clientes desde cuando mis padres regentaban el bar y la taberna, así que sus padres y sus tíos, pasan a ser amigos, como todos los clientes que vienen todos los años».
Además de críticas, ¿ha recibido muestras de apoyo? «Sí, nos ha llamado mucha gente al restaurante solidarizándose y dándome apoyo desde todas partes de España porque han sido días muy duros».
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