Récord de ganado en la feria de Arredondo

Una vez superado el escollo -más de una hora de caravana hasta llegar y encontrar una plaza de aparcamiento-, a lo largo de la carretera que atraviesa la localidad esperaban los innumerables puestos del popular mercado agroalimentario con productos de la región, y de otros puntos de la geografía; artesanía y textiles. Quesos, embutidos, carnes, pescado, miel, licores, pan, dulces, juguetes, ropa, sábanas, calzado o zapatillas de andar por casa fueron algunos de los artículos que se pudieron adquirir en la feria, que curiosamente este año registró más ventas de helados que de abrigos y paraguas.

Por la calle, una marea de personas que iban y venían cargadas con bolsas. Algunos revisaban los puestos con atención, otros paseaban y aprovechaban para reencontrarse en su camino con viejos conocidos. Dos amigas se saludan y aseguran que volverán a verse en el mismo punto el año que viene. Es tradición.

Aunque para muchos la verdadera tradición es visitar la feria y no pierden ni un año la cita con Arredondo, no solo por los 200 puestos del mercado, sino por las muchas cabezas de ganado que se exhiben cada primero de noviembre en el centro del municipio, en concreto en los aledaños de la iglesia y la Casa Consistorial. Como es costumbre, el ganado caprino es el mayoritario, y esta edición hace que los más melancólicos recuerden tiempos pasados. «Hace 15 o 20 años que no se veían tantas cabras», comenta un curioso mientras observa los ejemplares de una de las ganaderías participantes.

Son más de un millar, una cifra sin precedentes en los últimos años. A ello también ha ayudado el concurso morfológico que tuvo lugar a las 12.00 horas. Fue la novedad en esta concentración ganadera y junto a ella se celebró una exposición de cabras de la zona del Asón organizada por la Asociación de criadores de cabra del Asón (Asccason). La jornada estuvo amenizada por los piteros Alfonso y Camacho y el grupo folklórico Güeyos de la Montaña.

El evento, que trata de favorecer la actividad socioeconómica de la zona, reforzó su relevancia en el calendario regional como tradición anual y lugar de encuentro y celebración para quienes comparten el amor por las costumbres y el medio rural.