![Sánchez Vara y Víctor Janeiro, a hombros en una entretenida tarde en Ampuero](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/09/07/salvador-k0iD-U2201172067242NPF-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
![Sánchez Vara y Víctor Janeiro, a hombros en una entretenida tarde en Ampuero](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/09/07/salvador-k0iD-U2201172067242NPF-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Hay varias maneras de abrirse camino en el mundo del toro. Están los artistas, esos privilegiados que con un golpe de muñeca, el pecho encajado, la pata para adelante y el sentido del temple sólo necesitan inspiración para triunfar. Los hay más técnicos, más dominadores, más folklóricos, como uno de los protagonistas de hoy en Ampuero, Víctor Janeiro, y, además, hay una especie aparte, la de los gladiadores. Figura clásica en sentido moderno, sin espada y escudo pero con espada y muleta, el torero heroico se enfrenta a lo más duro del campo bravo y lo hace con la convicción de que ahí el arte viene con la batalla. El principal exponente de ese estilo es Javier Sánchez Vara, que cortó dos orejas y rabo en un festejo triunfal celebrado en Ampuero en el que también salió a hombros Víctor Janeiro.
El segundo de los de a pie le correspondió a Sánchez Vara, un gladiador, un torero acostumbrado a verse las caras con lo más duro del campo bravo y que hace tres semanas protagonizó uno de los festejos del año al enfrentarse a seis toros de Reta. Tras partirse el pitón el astado titular saltó a la arena un animal burraco, ofensivo de pitones, con el que el alcarreño banderilleó y con el que sólo le faltó rematar con la espada para tocar pelo.
El alcarreño cerró plaza con un oponente de buena condición con el que expuso en banderillas, cargó la suerte, expuso la femoral y muleteó con gusto y temple. Que, dicho queda, ser un gladiador no está reñido con saber torear. Un estoconazo tumbó al toro a la primera, lo que hizo que el diestro cortase dos orejas y rabo.
La corrida de Salvador Domecq tuvo momentos cumbres, sobre todo en un segundo animal que tuvo tranco, nobleza y bravura para acometer a la muleta de Víctor Janeiro. El de Ubrique afrontaba la primera corrida de toros del curso y pasaportó con solvencia a su primer oponente para cortar una oreja. Activo, motivado y valiente, el andaluz quería salir a hombros, algo que logró en el quinto, otro animal de buena condición.
Completó la terna el rejoneador Roberto Armendariz, que pese a sus problemas a la hora de pasaportar sus oponentes se marchó de La Nogalera con una oreja.
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Ana del Castillo
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