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El festejo suponía la apertura del ciclo, un evento que completarán una corrida de toros y un concurso de recortadores. Con algo más de un cuarto de plaza saltaron a la arena seis animales de El Madroñal, que pastan en tierras cacereñas y que tienen procedencia directa de Castillejo de Huebra, es decir, encaste Murube, el más utilizado, casi en exclusiva, en las corridas de rejones.
Abría la terna Sergio Domínguez, que el pasado año entró vía sustitución en la feria y que esta vez se había ganado el derecho a estoquear el primer toro del ciclo. El calagurritano sorteó en primer lugar un animal bien presentado al que cortó una oreja tras un trasteo con el clasicismo típico de su toreo a caballo. El riojano fue capaz de llegar a los tendidos también en el segundo de su lote, al que trasteó con suavidad y engarce para cortar otro apéndice.
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Tres orejas había cortado el pasado año Sebastián Fernández, que ante el cuarto de plaza que poblaba La Nogalera derrochó temple y ganas para cortar dos orejas y asegurarse la salida a hombros con el primero de su lote. El granadino fue el más acertado de la tarde, algo que ratificó con el quinto, un toro de vuelta al ruedo, al que exprimió hasta cortarle las dos orejas.
Cerraba la terna Ferrer Martín, que acortó distancias con el tercero de la tarde para encarrilar su salida a hombros con una oreja. El malagueño es torero de hechuras y costumbres, un rejoneador que sabe lo que se hace y, con el que cerraba plaza, acercó cabalgaduras, mató a la primera y paseó la última oreja de la sesión.
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